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Respuesta:
La recesión económica de 1992 ha resultado ser más profunda de lo esperado.
Los países que habían aguantado el inicio de la crisis en 1991, Alemania y Japón, han
caldo en el año 92, mientras Estados Unidos parece haber encontrado la salida a la
misma. Así y todo, ha terminado el año con la economía americana creciendo a tasas
del 2 % y Japón y Alemania haciéndolo al 1 %, pero con una tendencia decreciente.
En Europa la crisis del SME ha marcado el año económico. La no ratificación por
parte de Dinamarca y el apretado resultado en Francia, al Tratado de Maastricht,
provocaron una serie de turbulencias cambiarías que tuvieron como consecuencia la
salida del Reino Unido y de Italia del mecanismo de cambios del SME y las sucesivas
devaluaciones de la peseta de septiembre y noviembre. Todo ello no hizo sino acentuar
los dilemas de algunos países en materia de política económica, que se habían debido
en un principio a resultados económicos muy dispares, lo cual alteró la estrategia de
inversión en activos denominados en monedas del SME.
El bajo crecimiento de la demanda, debido en algunos países, EEUU y OB, a
ajustes patrimoniales del sector privado, que se había endeudado en la fase expansivo
del ciclo, y cuya riqueza neta ha disminuido ante la caída de los precios de los activos -
reales y financieros-, y en otros, a necesidades de reducir los elevados déficits,
redujeron la capacidad de movimiento de las políticas económicas, lo que fue una losa
a la hora de tomar las iniciativas para intentar salir de la crisis.
En cuanto a los países de Europa central y del este, cabría destacar que en este año
se ha producido un ahondamiento en las diferencias existentes entre aquéllos que
empiezan a salir del duro proceso de ajuste a la economía de mercado, los que todavía
están inmersos en ella y los que todavía no la han abordado.
Las previsiones económicas de la OCDE para el año 93 son de un crecimiento del
PIB del 3 070 en Estados Unidos, un estancamiento en Japón y un crecimiento
negativo en la Comunidad Europea, marcado por la honda recesión alemana. A su vez
hay que destacar la posible positiva influencia que puede tener la culminación de la
Ronda Uruguay del GATT, lo cual liberalizaría el comercio mundial, para el cual se
prevé un crecimiento del 4 % en el año 92, tasa ligeramente superior a la del año
anterior.
En España, el proceso de ajuste iniciado en 1989, debido a los desequilibrados de
la fase expansiva, se acentuó en 1992, intensificándose la desaceleración de la demanda
agregada. La Formación Bruta de Capital, salvo excepciones aisladas, presentó un
crecimiento negativo a lo largo del año. Por su parte, el consumo privado fue el factor
que marcó la tendencia del ritmo de desaceleración, debido sobre todo a la incidencia
de las medidas de política fiscal decididas a lo largo del año, en un intento por frenar el
déficit público. Sólo el sector exterior mantuvo una cierta actividad, tendencia que se
acrecienta en los primeros meses del año 93, afectado sobre todo por las tres
devaluaciones sufridas por la peseta dentro del mecanismo de cambios del SME.
Los problemas estructurales que marcaron a la economía española durante la fase
expansivo del cielo económico, como son el déficit público, la rigidez a la baja de la
inflación, el abultado desequilibrio exterior y las elevadas tasas de desempleo,
acentuaron aún más su evolución negativa durante el 92; los altos tipos de interés,