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Minaya Álvar Fáñez fué a Castilla a reunirse con el Rey, para convencerlo de que perdonara al Mío Cid y a él mismo. Para ello llevó cuantiosos regalos de parte del Cid, producto de las guerras ganadas y los territorios conquistados.
Después de ganar la batalla contra los moros de Castejón en compañía del Mío Cid y sus hombres, Minaya Álvar Fáñez rechazó la recompensa de su pariente hasta que se sintiera satisfecho de los logros obtenidos. Ambos tomaron Alcocer y se apropiaron de su castillo y sus riquezas, después Minaya perdió su caballo en batalla contra los moros de Ataca, Terrer y Clatayud, evento del que salieron ilesos y pudieron ver como los moros huían despavoridos ante la derrota.
El Mío Cid envió a Minaya a Castilla para tener una reunión con el Rey, darle unos regalos y solicitar perdón para ambos. El Rey perdonó a Minaya, pero no al Mío Cid, sin embargo, autorizó a los hombres a seguir al Cid Campeador sin ninguna retaliación, cuando antes había prohibido cualquier tipo de contacto o ayuda.
Mientras Minaya regresaba, el Cid continuó en sus batallas y Minaya se le unió de nuevo, regresando con 200 hombres, sus seguidores desde ahora, con otros 200 que el Cid escogió, gracias al permiso que el Rey de Castilla había dado. El Cid estaba muy feliz con los nuevos acontecimientos. Siguió con sus conquistas, a excepción de quienes accedían a pagarle tributos.