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Respuesta:MITOS VENEZOLANOS
En Venezuela, como en cualquier otra sociedad o cultura, existen numerosos mitos con el más diverso de los orígenes: algunos provienen de los grupos indígenas que poblaban o aún pueblan el territorio nacional, otros tienen su origen en las culturas africanas, y también la religión católica ha hecho sus aportes míticos.
Amalivaca y la Creación del Mundo
Según los indios Caribes y Tamanacos, Amalivaca fue el creador de la humanidad del Río Orinoco y del viento. Vivió mucho tiempo con los Tamanacos. Dotó a toda la tribu de inmortalidad, pero por culpa de la incredulidad de una anciana, los indios se volvieron otra vez mortales. Se dice que muchos años atrás hubo una gran inundación. Amalivaca salió entonces en una canoa a recorrer el mundo y junto con su hermano Vochi arreglaron los desastres del diluvio. En esta gran inundación solo quedó una pareja de humanos vivos. Ellos se fueron a una gran colina y desde allí comenzaron a arrojar los frutos de la palma moriche, saliendo de sus semillas los hombres y las mujeres que pueblan el mundo hasta ahora.
El Mito de las Cuevas
En todo el territorio venezolano, los indígenas de las diferentes tribus compartían la creencia de que eran las cuevas los pasadizos hacia el más allá. Cuando alguien de la tribu moría, se hacía una especie de ceremonia a la entrada de la caverna. Si no se escuchaba ningún ruido durante el rito, se daba por entendido que el alma del difunto había pasado sin problemas al otro mundo. En cambio, si se escuchaban ruidos se suponía que el espíritu del familiar o amigo muerto estaba siendo enjuiciado y castigado por sus faltas cometidas en esta vida. Muchas veces se escuchaban esos ruidos, debido a los animales que habitan en las cuevas. Es por esto que los murciélagos y demás animales nocturnos alados eran considerados como los transportadores de las almas.
Guaraira Repano
La ciudad de Caracas está enclavada en un hermoso valle. El Ávila es el nombre con que se conoce a la montaña que bordea el Norte de la metrópoli. En tiempos precolombinos recibía el nombre de Guaraira Repano, que significa algo así como: "la ola que vino de lejos" o "la mar hecha tierra". Según los mitos de los indígenas venezolanos, en tiempos antiguos no existía la montaña. Todo era plano, se podía ver hasta el mar. Pero un día las tribus ofendieron a la gran Diosa del mar y ésta quiso acabar con toda el pueblo. Entonces se levantó una gran ola, la más alta que se había visto y toda la gente se arrodilló o e imploró perdón de todo corazón a la Diosa y justo cuando iba a descender la ola sobre ellos, se convirtió en la gran montaña que hoy existe. La Diosa se había apiadado y había perdonado a la tribu.
Mitos de Paraguaná
Basan sus creencias en el espíritu bueno y el malo. Existen lugares curiosos que se han llenado de leyendas y tradiciones. Los caquetíos sentían pavor por el Capu que era un demonio, y para librarse de él grababan su imagen o símbolo en sus joyas y en madera; a través de los célebres petroglifos, así se consideraban protegidos contra castigos y enfermedades.
En Yabuquiva, existe un sitio llamado El Encanto, allí hay árboles como cujíes, guayacanes, parece un bosque encantado, se concentra en este sitio casi todo el aguade la región por lo que existe frescura: aquí hay innumerables leyendas, que hacían rituales en las orillas de las lagunas que jamás se secan y donde el agua era reverenciada y se invocaba al espíritu bueno de la madre tierra.
Otra leyenda respecto al Cerro de Santa Ana: hay un duende denominado Capó, quien junto con una serpiente emplumada que tiene una estrella en la cabeza impide que sean cortados los árboles de la localidad. Cuando alguien corta un árbol le aparece Capó para aterrar al culpable.
El Salvaje en la quebrada de La Macama, vía hacia el Cabo de San Román, que en la citada quebrada vivía un salvaje o indio enormemente alto, el cual se robó una aborigen de Jadacaquiva y vivía con ella en una cueva, un día el salvaje tenía hambre y no había nada que comer, con la india había tenido un hijo, y ante esta situación la madre andaba en el monte, se comió al niño, al volver ésta y darse cuenta del horrible acto, se fue a buscar a su gente y vinieron de todos los lugares de Paraguaná para matar al salvaje, éste los vió llegar y salió corriendo hacia el mar, y se adentró en él y desapareció.