• Asignatura: Historia
  • Autor: Julimen2
  • hace 8 años

Diferencia entre emancipacion e independencia absoluta

Respuestas

Respuesta dada por: capital97
37

La diferencia entre emancipación e independencia absoluta radica en que emancipación se basa en liberarse de cualquier clase de subordinación o dependencia, mientras que la independencia es una consecuencia de haber obtenido la victoria en la emancipación, y representa el nacimiento de un Estado.

Es por ello que comúnmente se dice: inició la gesta emancipadora, es decir los movimientos destinados a romper con el yugo, las guerras y las conspiraciones, y luego cuando se da la declaración de la independencia, sí se toma la independencia absoluta, y se produce el reconocimiento del nuevo Estado por parte de los demás países.

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Respuesta dada por: widnnie
9

Respuesta:

Explicación:Ante la aproximación de los festejos por el bicentenario de la Revolución de Mayo cabe realizar algunas acotaciones y, en cierta manera, “refrescar” conocimientos –aprehendidos en la etapa estudiantil– para no incurrir en interpretaciones desacertadas de la historia argentina. Al respecto decimos que, introduciéndonos en las corrientes del pensamiento dominantes durante la Revolución de Mayo, asistimos a la complejidad de un mundo que pasó del siglo XVIII al XIX con una profunda transformación de las formas de pensar la realidad. Esas ideologías se daban de la amalgama de elementos del antiguo régimen (monarquías absolutas) y elementos modernos: se avanzó en formas de pensamiento ilustradas (siglo XVIII) y la consolidación del liberalismo que dejaría profundas huellas en el siglo XIX. La Revolución Francesa puede ser considerada la médula de este proceso pero también la independencia de Estados Unidos, como los primeros indicios de este proceso anticolonial. Cuando las colonias españolas en América se separaron de la metrópoli –España– en mayo de 1810, organizaron gobiernos elegidos por miembros de la sociedad colonial: la Primera Junta de Gobierno, que fue el “primer gobierno patrio” en nuestro país, presidida por Cornelio Saavedra. Aunque se declararon leales al rey de España –que permanecía cautivo de Napoleón Bonaparte–, los gobiernos criollos tomaron decisiones para proteger sus intereses particulares y formaron su gobierno. Se “emanciparon”, se distanciaron de la madre patria y eligieron su gobierno, haciendo uso de la teoría de la soberanía popular, que establecía que Dios le otorgaba el poder al pueblo y éste designaba su representante. Al no estar el legítimo representante –en este caso el rey de España, Carlos IV, y luego su hijo, Fernando VII– el poder volvía al pueblo, quien debía elegir nuevas autoridades. Cabe acotar que en este trascendental hecho sólo participaron las provincias situadas al norte del río Colorado, porque las ubicadas al sur, la Patagonia y, a la sazón, Chaco y Formosa aún estaban en manos de sus habitantes originarios. Fue tarea de las autoridades de Buenos Aires abocarse a la difícil labor de que el resto del antiguo Virreinato del Río de la Plata, posteriormente Provincias Unidas del Río de la Plata, reconociera estas nuevas y criollas autoridades. Seis años después, en 1816, se declaró la independencia, que significa autonomía: una sociedad tiene autonomía cuando tiene libertad para gobernarse por sus propias leyes. La independencia política es la autonomía que tienen las sociedades que, por medio de un gobierno propio, pueden dictar leyes para regular sus intereses particulares. Cuando en 1815 Napoleón Bonaparte fue derrotado, se reinstauraron las monarquías en Europa y, ante el peligro de que el rey español quisiera recuperar las colonias, el 9 de julio de 1816 nos declaramos independientes de los reyes de España y su metrópoli y nos proclamamos nación libre y soberana, con autonomía para darnos una organización política y económica propia y ser reconocida como país independiente por las otras naciones del mundo. Asumamos el Bicentenario, reflexionemos sobre el confuso acontecer de la sociedad argentina para que las diferentes opiniones exaltadas pero nunca estáticas, como lo fueron en 1810, nos ayuden a encontrar soluciones a la crisis que hoy vivimos los argentinos. Celebremos, en este 25 de mayo de 2010, la intrepidez y valentía de aquellos hombres –Moreno, Belgrano, Paso, San Martín entre tantos–, para que sus ideales de libertad no continúen coartados ni dominados por nuevas “metrópolis”, como lo demuestra la historia, porque fueron derribados por ambiciones particulares que no bregaron por el interés común sino por la ambición desmedida de determinadas personas o grupos. ¡Viva la patria! Victoria Chávez, DNI 6.251.256 Profesora y licenciada en Historia - Neuquén

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