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Respuesta:
Resumamos: existe, en efecto, un racista en el sentido estricto: ese que, remitiéndose a
diferencias biológicas entre él y el otro, aprovecha para abrumar a ese otro y sacar
provecho. Ese que cree poder juntar sus rasgos diferenciales en constelaciones coherentes, a
las cuales denomina razas: la del otro, impura y aborrecible; la suya: pura y admirable. Ese
que, a nombre de esa superioridad particular, pretende gozar de manera legítima de
beneficios de otro tipo: económicos, por ejemplo, o políticos, o incluso psicológicos o
simplemente de prestigio.
Pero también existe, indiscutiblemente, un racismo en el sentido amplio –esta
palabra deja entonces de convenir – en el cual el acusador, ignorando o no las diferencias
biológicas, se complace, sin embargo, con la misma actitud, en nombre de otras diferencias.
Se trata siempre de valorizarse y de desvalorizar al otro, para desembocar en la misma
conducta: una agresión, verbal o efectiva. De tal manera que no es posible interpretar de
manera conveniente uno sin comprender el otro. Y, puesto que el segundo está mucho más
extendido que el primero, me pareció lógico volver a situar el racismo biológico, que es un
fenómeno relativamente reciente, dentro de una forma de actuar más común y más antigua.
Como sea, me pareció posible, a la vez, distinguir esos dos sentidos del racismo
Respuesta :
El racismo en modo más amplio seria más racista al caso u objetivo del gesto "racismo".
Espero que te ayude ":3