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Respuesta:
Fue protegido junto “con otras siete personas”
NOÉ y su familia están acurrucados juntos. Afuera cae un diluvio. Sus rostros están escasamente iluminados por la luz temblorosa de una lámpara de aceite. Tienen los ojos bien abiertos. El torrencial azota el techo y los costados del arca. El ruido es abrumador.
El patriarca mira a su leal y querida familia: su esposa, sus tres hijos y sus tres nueras. Su corazón rebosa de gratitud, sin duda. En aquel momento tan difícil, cuánto debe consolarlo tener entre sus brazos a las personas que más ama, sanas y salvas. De seguro hace una oración de agradecimiento junto con ellos, casi a gritos para que lo alcancen a escuchar en medio del estruendo.
Noé fue un hombre de extraordinaria fe, gracias a la cual su Dios, Jehová, decidió protegerlo a él y a su familia (Hebreos 11:7). Pero ¿acabaría la necesidad de tener fe ahora que estaban a salvo de la lluvia? Al contrario, la necesitarían más que nunca en los días siguientes. Y eso mismo puede decirse de nosotros, que vivimos en esta época tan trascendental.