Respuestas
La cifra de muertos, según, llegó alcanzar a 250 mil personas entre el ejército mexicano y las fuerzas cristeras.
Entre los que participaron en la guerra cristera, se encuentran:
- Pedro Quintanar (Chalchihuites)
- Luis Navarro Origel (Penjamo)
- Trinidad Mora (Durango)
- Rodolfo Gallegos (Guanajuato)
El levantamiento de los Cristeros no dependió solamente de las circunstancias geográficas, históricas y sociales sino que también tuvieron su papel las circunstancias psicológicas. El fanatismo jugó un papel importante e hizo que el levantamiento tuviera diferentes características dependiendo de la región, aunque no hay que confundir la fe religiosa con la vocación militar que puede tener una persona. Dado que el ejército era una milicia, el comportamiento y la estrategia que utilizaban variaba dependiendo de si estaban en zonas montañosas, planicies, valles, mesetas, etc. Los destacamentos se ubicaban de la siguiente manera alrededor del país:
Michoacán.- 12,000 combatientes. La división del Sur contaba con 9 regimientos y la Brigada de los Altos con 5 regimientos.
Jalisco.- 10,000 combatientes.
Guanajuato y Querétaro.- 4,000 combatientes. 2 regimientos para la Brigada de la Cruz en Sierra Gorda.
Zacatecas.- 5,400 combatientes. Los 5 regimientos de la Brigada Quintanar, 3 de Chema Gutiérrez, Felipe Sánchez y Pedro Sandoval.
Nayarit y Sinaloa.- 2,500 combatientes.
Volcanes de Colima.- 2,000 combatientes. 6 regimientos.
Durango.- De 1,500 a 3,000 combatientes.
Guerrero.- De 2,000 a 4,000 combatientes.
Oaxaca.- 1,500 combatientes.
México, Morelos y Distrito Federal.- 1,000. Brigada Mendoza.
Puebla, Tlaxcala y Veracruz.- 1,000 combatientes.
Tehuantepec.- 800 combatientes.
Todo esto llevando a un total de aproximadamente de 50,000 combatientes ya que en el cálculo pasado no se toman en cuenta las partidas temporales de Coahuila, San Luis Potosí, Chihuahua, Tabasco, Las Tuxtlas y Veracruz.
Los jefes[editar]
El número de jefes ascendía hasta unos 200, todos ellos con grado que iba de mayor hasta el de general. La manera en que tomaban el puesto de jefe consistía en ser elegidos o reconocidos por los demás soldados para posteriormente ser confirmados por las autoridades superiores. Los primeros jefes fueron los que tomaban la iniciativa del movimiento en su región o los que eran elegidos por el grupo rebelde al que pertenecían. Predominaba la democracia por lo que si la mayoría estaba descontenta con el jefe, obligaban a este a renunciar para volver a las filas o marcharse. Las cualidades más apreciadas y valoradas entre los líderes eran el valor personal y la experiencia militar. De entre los 200 solo 12 procedían del ejército federal, otros 12 eran soldados o policías y otros 40 conocían más o menos del oficio de armas, reflejándose esto en que solo un 30% de los jefes llegaron a su puesto por experiencia. Entre los principales líderes se encontraban: Justo Ávila, Miguel Hernández, Emilio Barrios, Dámaso Barraza, Simón Cortés, Sabino Salas, Fernando Pedroza, Félix Barajas, Chema Gutiérrez, José Velasco, Pedro Cordero, Pedro Sandoval, Victoriano Bárcenas, Benjamín Mendoza, Palacios y Pedro Quintanar entre otros más.