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Es una realidad que debe reconocerse. Por el listado se ve que hay, entre nosotros, filósofos profesionales como también auténticos pensadores; hay quienes abordan temas de fondo como también cuestiones ligeras; quienes hacen mención de grandes hombres dominicanos, como también otros que nombran a estudiosos del patio; quienes ahondan en siglos anteriores como quienes cultivan la filosofía en la actualidad; quienes reflexionan seriamente sobre educación o formas de cultura así como de lo histórico, lo social…lo nacional.
Pero también afloran rasgos de una mentalidad olvidadiza que desconoce u olvida lo que se produce sobre el pensamiento filosófico dominicano. Esa es una descorazonadora impresión de quien ha hurgado entre siete mil y apenas ha encontrado setenta.
Dejo constancia, clamo un ALELUYA de agradecimiento a las cinco instituciones que han favorecido a la BAS y lanzo un SOS de ayuda a quien pudiera darle una mano, para seguir construyendo ese rincón destinado al amante de la filosofía dominicana.