Respuestas
1. Meditar: La meditación realmente entrena el cerebro para convertirse en una máquina de autocontrol. Incluso las técnicas simples como el “mindfulness”, que se refiere a poner atención o consciencia plena de las cosas, y que consiste en tomar tan sólo cinco minutos al día para concentrarse en nada más que su respiración y sus sentidos. Mejora la conciencia de sí mismo y la capacidad de su cerebro para resistir los impulsos destructivos. Monjes budistas parecen en calma y en control por una razón.
2. Comer: Cuando se ejerce el autocontrol su cerebro quema glucosa, así que si su azúcar en la sangre es bajo, lo más probable es que sucumba a los impulsos destructivos. Los alimenos azucarados aumentan rápidamente los niveles de glucosa, pero lo dejan agotado y vulnerable al rato. Se recomienda entonces consumir alimentos como el arroz o la carne.
3. Ejercitarse. A los 10 minutos de estar en movimiento, el cuerpo de una persona libera GABA, un neurotransmisor que hace que su cerebro se sienta aliviado y mantenga el control de sus impulsos.
4. Dormir: Cuando usted está cansado, la capacidad de sus células cerebrales para absorber la glucosa está muy disminuida. Como se explica en el punto 2, la capacidad de su cerebro para controlar los impulsos es nula sin glucosa. Lo que es peor, la gente que no duerme lo suficiente es más propensa a desear alimentos azucarados para compensar los niveles bajos de glucosa.
5. Esperar: Los deseos van y vienen como la marea. La regla de oro es esperar al menos 10 minutos antes de sucumbir a la tentación.
6. Perdonarse a sí mismo. Las personas que no saben autocontrolarse experimentan un círculo vicioso, pues luego de perder el control sienten odio hacia ellos mismos. Estas emociones conducen a un exceso de complacencia. Cometen el error, se perdonan y continúan fallando. Por lo tanto, el consejo es enfocarse en mejorar la conducta.