Respuestas
Uno de los rasgos distintivos del socialismo de todo signo fue su carácter internacionalista. Carlos Marx y otros pensadores sostenían que, al margen de la nacionalidad a la que perteneciesen, los trabajadores de todo el mundo sufrían los mismos problemas.
Era por tanto necesario, aunar esfuerzos, intereses y objetivos para derrotar a la burguesía. El "Manifiesto comunista" lanzaba, al respecto, una consigna clara: “Proletarios de todos los países, uníos”.
Fruto de esa idea, surgieron organizaciones que intentaron servir de enlace entre grupos de trabajadores de diferentes países en pos de la consecución de la revolución universal. De entre estas iniciativas destacaron dos: La Primera Internacional Obrera (AT) y la Segunda Internacional Obrera.