Respuestas
Durante los tres primeros años de la Segunda Guerra Mundial, desde septiembre de 1939 a noviembre de 1942, una serie de victorias militares permitieron la dominación alemana del continente europeo.
En septiembre de 1939, Alemania invadió Polonia. Al cabo de algunas semanas, los polacos se rindieron. Los alemanes anexaron la anterior ciudad libre de Danzig y la totalidad de Polonia occidental, incluidas las provincias de Prusia Occidental, Poznan, Alta Silesia y Lodz (con el nuevo nombre de Litzmannstadt). En octubre de 1939, la parte central y el sur de Polonia se organizaron en el Generalgouvernement (Gobierno General) de Polonia.
Entre abril y junio de 1940, Alemania conquistó Dinamarca y Noruega. Los alemanes permitieron que el gobierno danés se quedara y gobernara, pero se prohibieron las elecciones. Noruega pasó a estar bajo la administración de un comisario político del Reich alemán, quien gobernó con la asistencia del ejército alemán y las autoridades de ocupación de las SS y la policía, y la colaboración de la policía y la administración noruegas.
El 10 de mayo de 1940, las fuerzas alemanas invadieron Europa occidental. Luxemburgo se rindió ese día y fue finalmente anexado a Alemania. El ejército holandés se rindió el 15 de mayo; los belgas capitularon el 28 de mayo. Se puso a los Países Bajos al mando de un comisario político del Reich alemán; una administración civil alemana supervisaba la colaboración de una administración holandesa. Bélgica quedó bajo ocupación militar alemana. Francia firmó un armisticio con los nazis el 22 de junio de 1940. Según los términos del armisticio, el norte y la costa atlántica de Francia quedaron bajo ocupación militar alemana, mientras que el sur de Francia, incluida la costa mediterránea, quedó bajo la jurisdicción de un gobierno francés colaboracionista encabezado por Henri Petain, héroe de la Primera Guerra Mundial. Este régimen, conocido como la Francia de Vichy, si bien declaró ser neutral durante la guerra, fue totalmente dependiente de la Alemania nazi en su política exterior y también en la mayoría de sus políticas internas. Después de la exitosa llegada de los aliados al norte de África francés en noviembre de 1942, las tropas alemanas ocuparon el sur de Francia.
En marzo de 1941, en un esfuerzo por ayudar a Italia, su aliado del Eje, la Alemania nazi invadió Yugoslavia y Grecia. Yugoslavia se desintegró al cabo de dos semanas. Con sus aliados italianos, los alemanes dividieron Eslovenia y anexaron la parte nordeste del país, auspiciaron un estado croata dependiente (incluida Bosnia-Herzegovina) bajo el liderazgo del movimiento fascista Ustasa, y dejaron a Serbia bajo ocupación militar. Después de perder su costa noroeste ante la Albania anexada a Italia y la Tracia anexada a Bulgaria, Grecia fue dividida en zonas de ocupación alemana e italiana, bajo sendos gobiernos militares.
Las tropas alemanas también asistieron a las italianas para sacar las fuerzas británicas de la Libia controlada por Italia e invadir el Egipto controlado por Gran Bretaña en la primavera de 1941.
En junio de 1941, la Alemania nazi invadió la Unión Soviética. Después de expulsar a las fuerzas soviéticas de Polonia oriental, que la Unión Soviética había ocupado y anexado en 1939 de conformidad con el Pacto alemán-soviético, los alemanes anexaron la parte administrativa del distrito de Bialystok a Prusia Oriental e incorporaron Galicia Oriental, la región cercana a Lvov en el sudeste de Polonia, en el Gobierno General.
Entre julio y principios de diciembre de 1941, las tropas alemanas conquistaron los estados bálticos (Estonia, Letonia y Lituania), Bielorrusia, la mayor parte de Ucrania, y grandes extensiones de territorio ruso. A principios de diciembre de 1941, los alemanes impusieron el estado de sitio en Leningrado en el norte, llegaron a las afueras de Moscú en el centro, y conquistaron Rostov, la entrada al Cáucaso, en el sur.
Después de sufrir horrorosas derrotas en manos del ejército soviético en el invierno de 1941-1942, las tropas alemanas reanudaron la ofensiva en el verano de 1942. A principios del otoño, habían llegado a los límites geográficos de la expansión del Eje: Estalingrado y la parte central de la región caucásica en la Unión Soviética y El Alamein en Egipto.