Respuestas
“Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo”.
Sobre el aguijón mencionado en el texto bíblico que hemos leído (2 Cor. 12:7-9), se han ofrecido incontables explicaciones concernientes a la naturaleza de ese aguijón de Pablo en la carne.
Esas explicaciones van del rango desde una tentación incesante, inflexibles oponentes, enfermedades crónicas, como malaria, migrañas, epilepsia, problemas del habla y problemas oculares.