diganme tres lugares de pobreza en cuenca ecuador.

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Respuesta dada por: mariasolceunc
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Nueve de octubre
Tarqui
Ricaurte
Respuesta dada por: stevenyadaycela
0
Cuenca. 24.10.93. Así como hay gente que barre la basura, sólo
para dejarla debajo de la alfombra, esta ciudad esconde su
pobreza detrás de dos colinas". Fausto Cardoso, arquitecto,
periodista de radio y director ejecutivo de la Fundación
Arqandina, devela un aspecto para muchos desconocido de esta
ciudad. 

Cuenca, una ciudad que aparenta tener un desarrollo urbano
saludable, que hasta hace poco no conocía lo que son los
"suburbios", comienza a presentar los primeros indicios de un
cinturón de miseria. 

Justamente en las colinas que la circundan y que por ser muy
pendientes figuran en los coloreados planos municipales como
áreas verdes y de reforestación, se están dando los primeros
procesos de hacinamiento y de ocupación desordenada del terreno.

Vendedores ambulantes, albañiles, peones, jornaleros agrícolas,
gente sin preparación escolar ni profesional, muchos de ellos
analfabetos, se arriman a la ciudad, de la que necesitan para
poder hacer sus incipientes negocios o vender su fuerza de
trabajo. Muchos de ellos provienen del célebre centro histórico
de la ciudad, donde, por el desarrollo comercial que ha
experimentado, los arriendos resultan impagables para estas
personas.

Y aunque en Cuenca no se han dado invasiones, sí es cada vez más
frecuente lo que Arqandina llama "asentamientos residenciales
informales". Se construye en quebradas, a orillas de los ríos, en
terrenos reservados para calles, en retiros o en parcelas
minúsculas vendidas por gente sin escrúpulos a elevadísimos
precios por metro cuadrado, pero que, por ser tan chiquitos, son
accesibles para la gente cuyo dinero vale cada vez menos.

Estas construcciones violan todas las ordenanzas municipales y se
realizan sin permiso. La gente utiliza hasta el último centímetro
cuadrado para levantar diminutas edificaciones de todo tipo de
material, que luego albergarán a familias de hasta ocho y diez
personas, donde los niños quedarán botados durante todo el día,
porque padre y madre tienen que trabajar, donde las mujeres
enfermarán por tanto trabajo y tensiones y donde los hombres
ahogarán la pena y la desesperanza en el alcohol. 

Al principio, los lotes carecen de todo servicio. "El Municipio
ha dejado de ser el planificador de la ciudad", dice Fausto
Cardoso. Lo que hace es reaccionar tarde a las presiones de esta
gente, que lo obliga a entregar agua, luz, alcantarillado,
sancionando así lo construido en lugares no previstos para ser
urbanizados. Le falta dinero para cumplir con lo trazado en los
planos. "El Municipio debería centrar sus esfuerzos de
planificación en estas zonas. Los barrios de gente más pudiente
se reglamentan solos, a través de los precios del terreno y los
diseños de las casas". 

Un plan para Miraflores

Alertados por una desgracia geológica que provocó el
derrumbamiento de 14 de estas viviendas construidas en donde no
debían, los miembros de Arqandina conocieron a fondo los
problemas de la zona de Miraflores, escondida detrás de las lomas
de Cullca y Miraflores, al norte de Cuenca. 

La desgracia, ocurrida en vísperas del deslave de la Josefina,
por lo que corrió el riesgo de pasar desapercibida, dejó sin
techo a 79 personas. Arqandina, con ayuda de la Curia y de
organismos internacionales ha elaborado un proyecto que quisiera
ver convertido en el inicio de lo que podría ser una
planificación oficial de urbanizaciones para gente de escasos
recursos. 

Ha comprado un terreno de 3.400 metros cuadrados, donde emplazará
las 14 casas de dos pisos, con un total de 70 metros cuadrados
cada una. Solamente el terreno ocupado por las edificaciones será
entregado en propiedad a los beneficiarios. Estas personas,
obligadas por el desastre a organizarse, ocuparán además
comunitariamente espacios verdes, zonas de recreación y de
cultivo de hortalizas, así como una casa con servicio médico,
tienda, bodega y un lugar para rezar. 

El proyecto pone mucho énfasis
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