Respuestas
Ya hemos visto en temas anteriores (la percepción) como nuestros sentidos interpretan la realidad y condicionan esta interpretación. Percibimos la realidad analizando los atributos visuales propios de un objeto o un ser. Cuando hablamos de atributos visuales nos referimos a sus propiedades y características visuales, su forma, tamaño, color, materia, textura, transparencia /opacidad, posición, gravedad, dirección, etc. A través del análisis de estos atributos podemos interpretarlos (codificarlos) y reproducirlos gráficamente, elaborando soluciones personales.
Analizando la realidad llegamos a la representación. El dibujo mimético nos obliga a la observación y análisis detallado de la realidad convirtiéndose en un ejercicio único de conocimiento de la misma. Solo a través de su dominio podemos desprendernos con posterioridad de todo aquello que no nos interese y alcanzar soluciones personales únicas, simplificando, modificando, reconstruyendo la realidad a nuestro antojo. El hecho de que al dibujar nos vemos obligados a observar, a medir, a relacionar unas partes con otras y con el todo, convierte este ejercicio en una fuente inagotable de información sobre el entorno. De esta observación surgen después los diferentes estilos y las diferentes miradas. Es lo que llamamos creatividad, crear algo de la nada que no existía previamente. En lo que al dibujo se refiere sería la capacidad de formular diferentes soluciones a partir de la realidad, y sería lo opuesto al dibujo mimético.
No pocas veces relacionamos dibujo mimético con academicismo, término que suele acarrear connotaciones negativas, sin embargo, cuando aprendemos a dibujar es fundamental el ejercicio mental que deriva de la observación de un modelo. Además, es el camino natural para aprender a trabajar con las diferentes técnicas.