• Asignatura: Castellano
  • Autor: nicole20062
  • hace 8 años

resumen muy muy corto de la leyenda del museo embrujado

Respuestas

Respuesta dada por: deisycnco13
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En la calle Cuesta del Marqués, número 4, en las inmediaciones de la plaza de San Jorge, en Cáceres, se encuentra un viejo caserón de dos plantas que alberga la Casa Museo Árabe Yusuf Al Borch. El inmueble, conocido popularmente como la casa de los muertos, saltó inicialmente a la fama a mediados de los años setenta debido a los extraños sucesos que se desarrollaron en su interior...

Al museo popularmente se le conoce como “La casa de la muerte” este se hizo famoso por los sucesos extraños que se desarrollaron en su interior a principios del año setenta. Una familia se instaló en el museo pero la tranquilidad duró poco, ya que se oían golpes extraños, las ventanas se abrían y cerraban solas, los muebles se movían solos de un lado a otro del museo.

El embrujamiento de esta construcción corría de boca en boca por la localidad extremeña, pero el rumor no fue un impedimento para que el matrimonio De la Torre, con sus dos hijos, José Luis y Ángel, se asentara en el edificio. Pero la maldición del museo árabe recobró toda su fuerza durante el mes de agosto de 1984, cuando José Luis y Ángel fueron protagonistas de un gran número de sucesos extraños. Los adolescentes pudieron ser testigos de toda una serie de episodios paranormales que siempre, al igual que antaño, comenzaban a la misma hora. Escuchábamos ruídos de pisadas, como si fueran de pies almohadillados. Más de una vez aquellas pisadas llegaban hasta la habitación donde me encontraba y se acercan a la colchoneta parándose a mi lado.


Espero que sirva ;v

Respuesta dada por: geovannycevallp80dgp
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Ángel de la Torre muestra el baúl que encontró con restos óseos

Escuchábamos ruidos de pisada, como si fueran de pies almohadillados. Mas de una vez aquellas pisadas llegaban hasta la habitación donde me encontraba y se acercan a la colchoneta parándose a mi lado. Recuerdo que una noche los sonidos fueron tan intensos que salimos a la calle llenos de temor -recordaban los testigos en sus declaraciones a diversos medios de comunicación en aquellas fechas-. Hay habitaciones en las que las puertas de los armarios se abrían y cerraban solas. Sentíamos escalofríos. Pasábamos muchísimo miedo. Nosotros -declararon los jóvenes- no teníamos ninguna explicación lógica, ni la tenemos ahora.


Los incidentes alarmaron en un principio a los inquilinos del museo. Los prodigiosos lances no ocurrían solo de noche; pues por el día también se desarrollaban. "Hay una maceta en el patio, que rondará los ocho kilos de peso y que me la encontraba en el suelo casi todos lo días", recordaba José Luis de la Torre.





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