• Asignatura: Alemán
  • Autor: NickySoares2994
  • hace 8 años

realizar un cuento donde se practique el valor de la honestidad y justicia

Respuestas

Respuesta dada por: azmclo95
6

Rúpilo era un pueblo feliz. Sus gentes vivían en la comunidad ayudándose entre sí. El jardinero está ayudando al panadero con sus petunias y esto lleva a cabo cada fin de semana mejor y más tierna hogaza. Era lo que se decía una comunidad bien avenida y colaborativa. No había nadie que pasara frío ni hambre ni todos los vecinos se ganaban la vida de forma honrada.

Un día, la alcaldesa anunció que, según los científicos, se avecinaba una plaga de orugas que podrían dar al traste con las cosechas. Lo que más se cultiva en Rúpilo eran alcachofas. Sus vecinos de todas las formas posibles. En ensalada, rehogadas, en pastel de verduras…. Las que no consumen, las vendían en los pueblos vecinos. Teniendo en cuenta lo importante que era el cultivo de alcachofa para el pueblo, era lógico que los vecinos se pusieron muy nerviosos con el anuncio de la alcaldesa. Tras hablar con los expertos, usar un producto para evitar el ataque de las orugas.

Todo fue bien, hasta que una mañana, una de las huertas de los pueblos de la ciudad masacrada. A pesar de que estaba en plena época de recogida, no quedé, ni siquiera, se podría salvar. Todas estaban llenas de agujeros o con sus hojas pulverizadas.

Todo el pueblo se dio cuenta de lo que se dijo. La idea de ser una persona desagradable. Pero al final se descubrió que no había tenido nada que ver. Porque se demostró que las orugas de todo tipo de verdura, pero precisamente alcachofas no. Les producimos acidez y evitaban por todos los medios.

Lo descubrimos gracias a las palabras de un niño que se presentará El misterioso caso del niño orugaó como el niño oruga. Por culpa de un maleficio que había caído sobre él cuando era solo un bebé, tenía el rostro rayado como estas larvas de los que surgen majestuosos insectos como las mariposas. Como las orugas, tenía patas verdaderas y patas falsas. Por eso tenía la sensación de que esas larvas tenían millas de extremidades. Le pasaba lo mismo al extraño niño oruga. De todos los modos, gracias a ese conjuro que pesaba sobre él, conocía muy de cerca a las orugas y pudo demostrar que no había tenido nada que ver con el ataque a las cosechas de alcachofas.


azmclo95: aquì va en alemàn
Respuesta dada por: houd68
6

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