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Antes de la revuelta
Miguel Hidalgo y Costilla nació de una familia criolla en una hacienda en la provincia de Guanajuato.
Fue enviado a un colegio jesuita, pero su educación fue interrumpida por la expulsión de los jesuitas.
Luego se matriculó en otra universidad y recibió su título de la Universidad de México en 1774. Su ordenación como sacerdote ocurrió en 1778.
Con el tiempo, llegó a ser el rector de la prestigiosa facultad de San Nicolás en Morelia. Estudió lenguas indias y pronto fue investigado por la Inquisición (1800).
No se pudo probar nada en su contra, pero perdió su posición. Hidalgo era un verdadero hijo de la Ilustración: leía literatura prohibida y cuestionaba el dogma de la iglesia.
Terminó en el pueblo de Dolores. Allí trató de mejorar el bienestar económico de sus feligreses. También allí conoció a otros que se convertirían en los mártires de la independencia.
El Grito de Dolores
En 1808, España fue invadida por las tropas francesas, y Napoleón I forzó la abdicación del rey Fernando VII.
Los funcionarios españoles en México eran reacios a oponerse al nuevo rey, José Bonaparte.
No obstante, muchos mexicanos formaron sociedades secretas. Algunas apoyaban a Fernando, mientras que otras buscaban independizarse de España.
Miguel Hidalgo y Costilla se unió a un grupo independentista en San Miguel, cerca de Dolores.
Este grupo había urdido un plan para lograr la independencia de México. Cuando la Conspiración de Querétaro —como fue llamada— fue descubierta, varios miembros fueron arrestados. Ya advertido, Hidalgo decidió adelantar el plan.
El 16 de septiembre de 1810 tocó la campana de la iglesia en Dolores para llamar a sus feligreses a levantarse en contra de los españoles.
Su discurso, además de promover la insurrección, reclamaba igualdad racial y redistribución de la tierra. Su grito de guerra se hizo conocido como el Grito de Dolores.
La insurrección
Hidalgo, con varios cientos de seguidores, toma la ciudad de San Miguel. En el transcurso de dos semanas toma fácilmente la ciudades de Celaya, Guanajuato, Valladolid y Toluca.
Sus filas van creciendo con cada victoria. A pesar de no tener entrenamiento militar, este sacerdote revolucionario se convierte en el líder del improvisado ejército.
En marzo de 1811 Hidalgo y otros revolucionarios son emboscados y capturados por los españoles. Al poco tiempo fueron ejecutados.
Sin embargo, el movimiento independentista encontró otros líderes. Para 1821 la nación azteca era libre e independiente.