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Esto se debe a que los organismos procariotas tienen una reproducción asexual, es decir, en su reproducción, el organismo se divide abriendo paso a sus hijos que son completamente idénticos al primero. Como no existe una interacción en dos seres distintos, no hay una división genética por hacer.
Porque el material genético de los organismos PROCARIOTAS no cumple funciones fenotipicas, es decir, que no manifiesta características observables de generación en generación en los organismos PROCARIOTAS no se pueden aplicar las LEYES DE MENDEL.
Las LEYES DE MENDEL estudian las características fenotipicas heredables de padres a hijos a través de 3 dogmas:
1. La primera ley estudia que el cruce de dos variedades de raza pura para un carácter producirá en su primera generación a iguales en el carácter dominante.
2. La segunda ley estudia el cruce de los filiales de la primera generación y como se manifiesta en proporción 3:1 caracteres dominantes y recesivos.
3. La tercera ley estudia como cuando se cruzan dihibridos, se pueden originar cuatro tipos distintos y se pueden obtener 16 genotipos diferentes.
Analizando estas 3 LEYES o NORMAS DE MENDEL, podemos inferir que efectivamente con un organismo PROCARIOTA no podemos hacer tales análisis ya que ellos no tienen en primer lugar características FENOTIPICAS dominantes o RECESIVAS que se manifiesten y que en un medio de laboratorio podamos observar para poder analizar a las futuras generaciones.
Ademas como el material genetico de los procariotas es exclusivamente una base de datos para conservar y pasar a través de la division celular a las otras células de “progenie’ no habría necesidad de hacer tales analices generacionales con las leyes de Mendel.