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Probablemente desde aquel día que se cantó por primera vez en casa de Mariquita Sánchez y luego repetido por todas las generaciones hasta el presente no muchos se habrán detenido a pensar en el significado de la frase fraternal “Ved en trono a la noble igualdad”. Hoy parece un despropósito oír el himno y saber el concepto denigrante que gran parte de la sociedad tiene hacia otros congéneres ya sea por sus condiciones, orígenes o, lo más injurioso, su piel. Son considerados seres inferiores, ordinarios, culpables de toda delincuencia, invasores de espacios. Sólo son tolerados en función de servidumbre y trabajos execrables impropios para trabajadores locales. Irrita ver a hipócritas fingiendo que “lloran” por la pobreza, rezan y dicen ser muy cristianos y al mismo tiempo los aborrecen pero no ven que sin el esfuerzo de estos hermanos viviríamos sin construcciones e inmersos en nuestros propios desperdicios. Hoy el desprecio encubierto de los “diferentes” a este grupo social alcanza la magnitud de preferir la inmolación apoyando una política destructiva y entregadora antes de tolerar la igualdad. Rencor, ignorancia y soberbia no permiten comprender que todos somos obra de un mismo creador.
Espero que te sirva de ayuda
con un fuerte abrazo de una Amiga