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Estas plantas mientras crecen pueden ir trepando por encima de otros vegetales, muros o estructuras de donde puedan fijarse.
Para lograr este rápido crecimiento y trepado estas plantas se valen de ‘zarcillos’. Los zarcillos son órganos filiformes o ramificados que permiten rodear los soportes y afirmarse a ellos por su fuerte sensibilidad al contacto. En algunas plantas los zarcillos son ramificados y terminan con ventosas.
Las trepadoras son el tipo de planta ideal para colocar cerca de galerías, paredes, columnas y árboles en jardines o parques, pudiendo lograr cubrir importantes superficies con estas plantas, y logrando un efecto estético muy bello.
Dada la capacidad de cubrir superficies que tienen las trepadoras no es recomendable usarlas en muros o paredes que posean importancia edilicia, ya que este tipo de plantas crean microambientes de humedad y oscuridad, que propician el desarrollo de insectos y hongos que pueden causar el deterioro de los cimientos.
Además, cuando estas plantas crecen y si deterioran alguna superficie habrá que quitarlas para poder reparar la pared o el área afectada, con el trabajo que esto puede llegar a implicar. Una de las cuestiones a considerar en este sentido es el uso de fungicidas, averiguar cuál conviene utilizar para evitar daños a la estructura de la casa.
Habrá que evitar que las trepadoras crezcan alrededor de los árboles dado que pueden causarles ciertos daños. Al acumular humedad, se desarrollan hongos, que perjudican a los árboles, también cuando las enredaderas han adoptado un gran porte pueden ahogar a otras plantas, pues no permiten que el aire circule.
Un ejemplo, de esta especie es la ‘Enamorada del Muro’, que es una típica enredadera, la que puede llegar a cubrir todo el frente de una casa, si es que cuenta con suficiente disponibilidad de agua y buena iluminación.