Respuestas
En los primeros siglos de la era cristiana empezaron a organizarse en Europa oriental los pueblos eslavos que, al lado de los greco-itálicos, los celtas los germanos, forman el cuarto grupo de los pueblos indoeuropeos. La mayor parte de la población vivía en el campo, dedicada a la agricultura, la caza y la pesca.
Con el desarrollo del comercio se formaron los primeros centros urbanos que luego se convirtieron en centros políticos que extendieron su dominio sobre sus alrededores. De esta manera nacieron distintas comunidades políticas sin que se organizara un poder central.
En el siglo IX hicieron su aparición en la Europa oriental los invasores normandos. Según la tradición, el jefe normando Rurik se convirtió en 862 en gobernante de Novgorod. Su sucesor, Oleg, conquistó en 882 la ciudad de Kiev. Los normandos, mucho menos numerosos que los eslavos, acabaron por mezclarse con éstos. Tiempo después se impuso para estos pueblos el nombre de rusos.
Durante tres siglos Kiev fue la capital de una confederación de distintos Estados. Los duques de Kiev establecieron relaciones comerciales y políticas con Bizancio. En el año 911 el duque de Kiev firmó un primer tratado comercial con Bizancio. Misioneros bizantinos empezaron a predicar el cristianismo.
En el año 988 el duque Vladimiro se convirtió a la fe cristiana, y ordenó a todo su pueblo que se bautizara. Rusia recibió la religión y la civilización superior de Bizancio.
A comienzos del siglo XIII el gran conquistador Gengis Kan, al frente de sus invencibles jinetes mongoles, logró establecer un gran imperio que se extendió desde China hasta Europa. Tiempo después el imperio mongol se desintegró.
Un grupo de los mongoles, llamado la Horda de Oro, se estableció a orillas del Volga inferior y en el sur de Ucrania. Su jefe, el Kan, obligó a los príncipes rusos a pagarle tributos. Durante dos siglos la historia de Rusia quedó orientada hacia Asia. El dominio mongol dejó profundas huellas en los pueblos y en la cultura de Rusia. Pero los mongoles respetaron las iglesias y los conventos que fueron la única protección de la población oprimida