Respuestas
1. Transmisión de la información sensorial y motora
La médula espinal es el núcleo de relevo de las neuronas y fibras nerviosas presentes en la mayor parte del cuerpo. Esto quiere decir que tanto cuando el cerebro da la orden de que se realice una acción (por ejemplo dar una patada a un balón) como cuando una parte de nuestro cuerpo percibe algún estímulo (una caricia en el brazo), la información pasa primero a la médula, que enviará la información a los músculos o al cerebro para que lo procese.
2. Procesamiento de la información
Si bien es en el cerebro donde la estimulación se hace consciente, la médula hace un rápido juicio de la situación con el fin de determinar si únicamente enviar la información al cerebro o provocar una actuación de emergencia incluso antes de que llegue.
3. Reacción inmediata: reflejos
Como acabamos de decir, en ocasiones la médula espinal produce por sí misma una actuación sin que la información haya sido aún transmitida al cerebro. Estas actuaciones son lo que conocemos como reflejos. Para ejemplificar podemos pensar en poner una mano en el fuego de forma accidental: la mano es retirada de forma inmediata, no planificada y sin que haya pasado aún la información al cerebro.
La función de los reflejos es clara: ofrecer una reacción rápida ante situaciones potencialmente peligrosas. Como la información sensorial ya produce una respuesta al llegar a la médula espinal, sin tener que esperar a ser captada por el cerebro, se gana tiempo, algo muy valioso en caso de ataque de un animal o cuando se puede recibir heridas por caída o por quemaduras.
Sin embargo, en el caso de los bebés también existen reflejos que se van perdiendo durante los primeros meses después del nacimiento y cuya función básica no es siempre reaccionar rápidamente, sino realizar actos que favorecen la supervivencia, como por ejemplo succionar leche materna. En este caso hablamos de reflejos primitivos, cuya ausencia puede ser signo de enfermedad.
Respuesta:
La médula espinal es una larga estructura cilíndrica, ligeramente aplanada en sentido anteroposterior localizada en el conducto vertebral y es la encargada de transmitir impulsos nerviosos a los treinta y un pares de nervios raquídeos, comunicando el encéfalo con el cuerpo, mediante dos funciones básicas: la aferente, en la que son llevadas sensaciones del tronco, cuello y las cuatro extremidades hacia el cerebro, y la eferente, en la que el cerebro ordena a los órganos efectores realizar determinada acción, llevando estos impulsos hacia el tronco, cuello y miembros.