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Hablar de este tema resulta aun dificil de considerar para muchos debido a la visión romántica que se tenia de los mayas antes de encontrar las primeras evidencias de la actividad guerrera de los mismos. Asi los primeros arqueologos ante la falta de evidencia consideraron a los mayas como un pueblo pacifico entregado a las ciencias de la observacion de los cielos y los calculos matemáticos. Todo cambio cuando se descubrieron los murales de Bonampak y los epigrafistas empezaron a descifrar el contenido de las estelas en muchas ciudades mayas donde se llevaba el registro de las conquistas guerreras de sus gobernantes asi como la toma de cautivos y botines de guerra. Si bien llegaron a tener ejercitos regulares en cada ciudad, su número se veia incrementado cuando en tiempos especificos de guerra los varones de los diferentes clanes dejaban sus actividades cotidianas para sumarse a la leva de los ejercitos a fin ya sea de conquistar otra ciudad o defender la propia de un ataque enemigo. Las campañas estuvieron limitadas por dos situaciones primordiales, la capacidad de los gobernantes para mantener y transportar a los ejercitos, lo que se veia afectado por las condiciones geograficas de las diferentes zonas que habitaron los mayas, asi por ejemplo la mayoría de las zonas montañosas requirieron transporte a través de los rios, mientras que en la península se emplearon los sacbes, o caminos debido a que resultaba imposible transitar entre la selva. Estos fueron factores importantes por el cual no de llego a consolidar un "imperio maya". Por otro lado las invasiones y conquistas fueron de la mano con la ambición personal de los gobernantes por controlar las rutas comerciales y la obtención de recursos y cautivos de las ciudades vecinas para sacrificar a los dioses.
En cada clan existia un encargado de mantener y dirigir el ejercito que era elegido por un periodo promedio de tres años, este encargado era conocido como Nacóm, quien era el máximo comandante de las tropas y el sacerdote de las fuerzas armadas. Al nacóm le seguía el Batab o cacique, quién ejecutaba en el campo de batalla las ordenes del nacóm.
Los ejércitos mayas contaban en algunas ocasiones con la presencia de soldados mercenarios, los que eran contratados cuando los habitantes de una ciudad no eran capaces de defenderla. Las guerras terminaban cuando era muerto el nacóm de alguna ciudad y los que resultaban vencedores colgaban en sus cinturas los cráneos y huesos de los derrotados en señal de triunfo.