Respuestas
por su dencidad
La flotabilidad es la capacidad de un cuerpo para sostenerse dentro de un fluido.
En el Mar Muerto hay mucha sal, lo que hace más denso, por lo tanto nosotros flotaremos más. Es el lago hipersalino más profundo del mundo (328 m de profundidad máxima).
Se llama así porque el agua está cargada de cloruros de magnesio, sodio, calcio, potasio, bromuros, sulfatos y carbonatos, un cóctel incompatible con cualquier forma de vida.
Sobre un cuerpo introducido en el agua actúan dos fuerzas, su peso (la fuerza con que lo atrae la Tierra) y el empuje (la fuerza que hace hacia arriba el agua).
Cualquier sustancia más densa que el agua se hundirá porque el peso es mayor que el empuje. Si el empuje es mayor que el peso, en este caso, flotará y si son iguales, queda entre dos aguas.
El empuje que sufre un cuerpo en un líquido equivalente al peso del líquido desalojado, depende de tres factores: la densidad del líquido en que está sumergido, el volumen del cuerpo que se encuentra sumergido y la gravedad. Cuando la sal se disuelve en agua la densidad de este aumenta, lo que hace que el empuje que sufre el objeto o cuerpo sea mayor y supere el peso del objeto o cuerpo por lo que éste flota.
De esta forma, se explica que sea más fácil flotar en el agua del mar que en el agua de ríos y piscinas porque el agua de mar tiene sal y otras sustancias disueltas en ella que la hacen más densa que el agua potable.
Una de las razones por las que el Mar Muerto es tan salado se debe a que no hay salidas. Los minerales que desembocan en él se quedan allí para siempre. La mayoría de los cuerpos de agua dulce tienen puntos de salida, como los ríos y arroyos, lo que les permite disponer de los minerales disueltos que pueden fluir en ellos de otras fuentes. La mayoría de los océanos y los mares generalmente no tienen puntos de salida. Hay algunas excepciones, como el Mar Mediterráneo. Es mucho más salado que el océano Atlántico, pero pierde parte de su agua rica en minerales a través del Estrecho de Gibraltar.