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Surinam, oficialmente la República de Surinam (en neerlandés: Republiek van Suriname) ―antiguamente conocida como Guayana Holandesa o Guayana Neerlandesa―, es un país de América situado al norte de América del Sur, que colinda con el océano Atlántico al norte y limita con la Guayana Francesa al este, con Guyana al oeste, y con Brasil al sur. Su territorio de 163 270 km² y su población, según datos de la ONU de 2014, es de alrededor de 551 000 habitantes, por lo tanto, el menos poblado de los países independientes de América del Sur, siendo solo superior en población a la Guayana Francesa. Surinam reclama varias áreas territoriales situadas más allá de sus fronteras meridionales con Guyana y la Guayana Francesa, respectivamente. Su capital es la ciudad de Paramaribo. Está dividida en diez distritos y estos en suburbios.-La "sociedad de suriname"
Ahora bien, la moneda que mas abajo ilustra este post y que me llevó a investigar los comienzos de esta colonia holandesa en América, fue acuñada para la "sociedad de Surinam", que fue una empresa colonial holandesa que tuvo vida entre 1683 y 1795. Esta empresa de "capitales privados y públicos" se ocupó de la oferta de esclavos y colonos así como de erigir fortificaciones para la defensa de la colonia y establecer un gobierno. Se dividieron los costos y los beneficios por igual.-
Les recomiendo la lectura de este extracto de un libro contemporáneo que da una idea sobre pormenores de la colonia:
....Pasando ahora a tratar de las colonias que tienen los holandeses, haré mención de las más principales, empezando por Surinam, que está situada a la orilla Occidental del río de su nombre, distante quince millas de su entrada. Los Franceses se establecieron en el país el año de 1640, pero habiéndolo hallado mal sano, lo abandonaron luego, y los ingleses enviaron luego el de 1661 una colonia; pero el de 1674 la cedieron a los Holandeses a cambio de la Nueva York. Estaba entonces todo aquel territorio lleno de bosques que no daban paso al sol ni al aire para purificarlo de las exhalaciones nocivas que lo hacían muy malsano; sin embargo, los habitantes de Zelanda resolvieron establecerse allí bajo la protección de los Estados Generales, y viendo que el país era capaz de producir grandes cantidades de azúcar, cortaron tantos árboles, que secando el sol y el viento el terreno hicieron el clima mas sano. Los estados de Zelanda, a quienes pertenecía el país, le vendieron a la compañía holandesa de la indias occidentales; pero no estando ésta en disposición de enviar las provisiones necesarias, se enajenó de una tercera parte para venderla al Magistrado de Amsterdam, y otra al Señor Van Aarsens, Señor de Someldyck, por lo cual se llamó desde entonces Sociedad de Suriname, porque pertenecía a tres propietarios, aunque la soberanía pertenecía a los Estados Generales. Después que se hizo esta división, se establecieron diversas familias, y plantaron cañas de azúcar que producen gran utilidad, y al paso que se pobló la colonia se hizo más saludable el aire con haber desmontado los bosques y cultivado el terreno, lo cual atrajo tanto número de gentes, que el año de 1682 se calculaba que había más de seiscientas familias. Este prospero principio hizo que los Estados favoreciesen y protegiesen la colonia, para lo cual le concedieron el año de 1683 una patente que contiene 32 artículos, no sólo en favor de la Compañía de las Indias Occidentales, sino para seguridad de todos los que se fuesen a establecer. Entre otras ventajas con que estaba autorizada la Compañía era una la de importar un derecho de tres Guilders, moneda Holandesa, sobre cada cien toneladas de las embarcaciones que iban o venían al puerto de Surinam, como también de exigir cincuenta libras de azúcar cada año de cada uno de los habitantes de la colonia, así blancos como negros. La compañía se obligó a resarcir a la Zelanda y Someldyck, a proveer de artillería y municiones a la colonia y a pagar las tropas. La tierra se cultiva con negros esclavos, de que provée a los plantadores la Compañía. No hay bestias de carga que tengan vida tan infeliz como estos miserables que están precisados a trabajar incesantemente, sufriendo el más riguroso trato por la menor transgresión de las órdenes de sus imperiosos amos; éstos sólo les dan 5 o 6 horas los sábados para cultivar sus huertos, que es lo único que tienen para mantenerse, a excepción de una corta cantidad de carne salada que les dan alguna vez. Este bárbaro trato los reduce muchas veces a la desesperación buscando a toda costa la libertad; y cuando temen ser cogidos o no pueden escaparse se dan la muerte ellos mismos.-
Fragmento extractado del libro "El viajero Universal o noticia del Mundo Antiguo y Nuevo" T° 22 Madrid 1799