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Cerca de 5'445.406 personas se vieron en la necesidad de desplazarse forzosamente dentro del territorio nacional, desde 1985 hasta 2011, según datos estimados de la ONG Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento, Codhes. De estas, se estima que cerca de 190.000 están entre los 3 y los 25 años de edad, tiempo en el que debe desarrollarse la etapa escolar.
Entonces, surge la pregunta: ¿qué sucede con aquellos colombianos que, estando en sus escuelas, colegios o universidades, deben salir de un momento para otro de sus lugares de origen, una vez reestablecen su vida?
No es fácil reintegrarse a la escena académica, no solo por pertenecer a una población vulnerable, sino porque ello implica la apertura de un cupo escolar, o por las secuelas psicológicas que una situación como esta genera en los estudiantes.
Según el Ministerio de Educación Nacional (MEN), año tras año se ha hecho un mayor esfuerzo por conocer la población en edad escolar desplazada y esto ha permitido que se tengan registros más confiables que aseguran mejor atención prioritaria.
De acuerdo con informes del Sistema Único de Población Desplazada (Sipod) y el Sistema Nacional de Educación Básica y Media (Sineb), en el 2004 el sector educativo atendió a 120.651 personas en situación de desplazamiento, cifra que ha ido aumentando año tras año, llegando así a 722.292 individuos en estas condiciones en el 2011.
Además, "el tercer informe de la Comisión de seguimiento a la Política Pública sobre Desplazamiento Forzado evidenció que para 2010 el 87,1 por ciento de los niños, niñas y adolescentes, en situación de desplazamiento entre 5 y 17 años, inscritos en el Registro Único de Población Desplazada, (RUPD) asistían a algún establecimiento educativo, mientras que para el 2008 el porcentaje de niños en éxodo, incluidos en el RUPD, entre los 5 y los 17 años que asistían era de 80,3", argumenta el MEN.
En la educación superior, el cubrimiento y apoyo también se han incrementado. En el 2007, un total de 8.060 estudiantes en esta situación tuvieron acceso, mientras que en el 2011 fueron 15.651, como reporta el Ministerio.
Sin embargo, pese a estas buenas noticias, aún existen quejas por parte de esta población, que además de tener que atravesar por un escenario doloroso, también deben enfrentar miles de dificultades y hacer cientos de papeleos para intentar restaurar su vida y las de sus hijos con normalidad.
Según la Fundación Mencoldes, entidad que ofrece apoyo integral a personas en situación de desplazamiento en lo psicosocial (lea recuadro Impacto psicológico) y restablecimiento de derechos, de 140 casos de familias desplazadas que están buscando reubicar a sus hijos en la vida académica al año, la mayoría lo logra pero luego de tres o cuatro meses de búsqueda de la documentación y los permisos necesarios, lo que afecta el transcurso normal de los estudios de cualquier alumno.
Hay dificultades para otorgar cupos escolares
El proceso de regreso a las aulas en estas circunstancias de desplazamiento aún es lento, pese a que el Decreto 2562 de 2001 establece que todas las instituciones educativas deben efectuar la matrícula a los educandos sin exigir los documentos requeridos, a quien no esté en capacidad de presentarlos.
Aún así, los cupos escolares en muchas de las capitales departamentales, como Bogotá, que es una de las que más recibe desplazados del país (41.246 personas en el 2011, seguido de Medellín, con 29.560), no cuentan con la capacidad suficiente de cupos escolares para asignarlos fácilmente a los niños o jóvenes de otras regiones.
Según la Secretaría de Educación Distrital (SED) en 2011 se asignaron 3.145 cupos para desplazados y 2.409 en lo corrido del presente año, cifra que, estima la SED, aumentará significativamente al terminar el año, pues en la medida en que van llegando desplazados se aumentan los cupos.