• Asignatura: Castellano
  • Autor: manzanitaboni
  • hace 9 años

necesito un cuento sobre la familia

Respuestas

Respuesta dada por: Carlitosnievas2004
40
Érase una vez una niña llamada Camila que tenía una gatita, Lillly, de la que nunca se separaba. Vivía con su familia en una casa en medio del bosque, y era muy feliz.

Una mañana, la pequeña se despertó, como siempre, y se frotó los ojos. La luz entraba por la ventana y Lilly dormía sobre la alfombra. Camila escucho la voz de su mamá en la cocina. Llena de curiosidad, se acerco a la puerta y se puso a escuchar.

-No puede estar siempre en casa con nosotros; ya es mayor y se tiene que ir...

Al oír estas palabras, la niña empezó a sentir frío y a temblar. Pensó con lágrimas en los ojos:

-Mis padres ya no me quieren. Van a enviarme lejos de casa. Pero no es verdad que ya sea mayor. ¿Qué voy hacer sin mi hatita y sin ellos?

Tenía mucho miedo, pero consiguió tomar un decisión.

-Me iré yo, ¡Me iré lejos y nunca más volveré!

Se vistió deprisa, cogió a Lilly en brazos y salió corriendo. Corrió más deprisa que el viento, mientras la gatita maullaba de miedo. Tras varias horas de camino, llegó a un gran prado lleno de flores y se refugió en una cabaña de madera. Aunque no encontró a nadie, había una cama, una colcha y muchas cosas ricas para comer.

-El hada azul habrá preparado esta casa- Pensó

-Ahora me voy a dormir y mañana ya pensaré que hacer. Una cosa es segura: ¡nunca más volveré con mis padres, porque no me quieren!

Y entre sollozos se durmió. Cuando abrió los ojos, Camila vio a sus papás. La miraban asustados, y su madre había llorado.

-¿Por qué te has escapado, pequeña mía?- Le preguntó su papá.

-¡Os he oído! Habéis dicho que ya era lo bastante mayor para irme...- gritó la niña entre lágrimas.

Entonces su mamá la cogió en brazos y le dijo:

-¿Qué has entendido, Camila? Hablabamos de la gatita. Siempre está contigo y no ha salido de la casa desde que nació. Queríamos que jugase y corriese por el jardín.

Todo se aclaró: sus papás la querían, como siempre habían hecho. ¡Qué tonta había sido por haber dudado de ellos! Camila volvió a casa y nunca más se marcho.

Respuesta dada por: chimborazoleidy
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Respuesta:Érase una vez una niña llamada Camila que tenía una gatita, Lillly, de la que nunca se separaba. Vivía con su familia en una casa en medio del bosque, y era muy feliz.

Una mañana, la pequeña se despertó, como siempre, y se frotó los ojos. La luz entraba por la ventana y Lilly dormía sobre la alfombra. Camila escucho la voz de su mamá en la cocina. Llena de curiosidad, se acerco a la puerta y se puso a escuchar.

-No puede estar siempre en casa con nosotros; ya es mayor y se tiene que ir...

Al oír estas palabras, la niña empezó a sentir frío y a temblar. Pensó con lágrimas en los ojos:

-Mis padres ya no me quieren. Van a enviarme lejos de casa. Pero no es verdad que ya sea mayor. ¿Qué voy hacer sin mi hatita y sin ellos?

Tenía mucho miedo, pero consiguió tomar un decisión.

-Me iré yo, ¡Me iré lejos y nunca más volveré!

Se vistió deprisa, cogió a Lilly en brazos y salió corriendo. Corrió más deprisa que el viento, mientras la gatita maullaba de miedo. Tras varias horas de camino, llegó a un gran prado lleno de flores y se refugió en una cabaña de madera. Aunque no encontró a nadie, había una cama, una colcha y muchas cosas ricas para comer.

-El hada azul habrá preparado esta casa- Pensó

-Ahora me voy a dormir y mañana ya pensaré que hacer. Una cosa es segura: ¡nunca más volveré con mis padres, porque no me quieren!

Y entre sollozos se durmió. Cuando abrió los ojos, Camila vio a sus papás. La miraban asustados, y su madre había llorado.

-¿Por qué te has escapado, pequeña mía?- Le preguntó su papá.

-¡Os he oído! Habéis dicho que ya era lo bastante mayor para irme...- gritó la niña entre lágrimas.

Entonces su mamá la cogió en brazos y le dijo:

-¿Qué has entendido, Camila? Hablabamos de la gatita. Siempre está contigo y no ha salido de la casa desde que nació. Queríamos que jugase y corriese por el jardín.

Todo se aclaró: sus papás la querían, como siempre habían hecho. ¡Qué tonta había sido por haber dudado de ellos! Camila volvió a casa y nunca más se marcho.

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