Respuestas
Contexto histórico- social
¿Y cuál era ese ambiente chileno y su lucha por la vida? Chile y los valores capitalistas. Es un país que vive, a la llegada de Rubén en 1886, un momento histórico singular. Con la llamada Guerra del Pacífico (1879-1884) sostenida victoriosamente contra Perú y Bolivia –como nos recuerda el maestro Coloma- Chile ha conquistado el monopolio del salitre, elemento indispensable entonces para la fabricación de explosivos y necesario para la agricultura. Esta circunstancia (la riqueza del salitre) transforma las relaciones sociales y las costumbres, y mientras los pobres viven mal, las clases pudientes llevan una vida de ostentación y despilfarro. Y nuestro poeta, inserto en ese ambiente de contradicciones sociales, tiene que luchar y destacarse entre los escritores venidos de París o Londres, formados para satisfacer los gustos de las burguesías locales.
A ese ambiente, Darío tiene que enfrentarse como hombre de letras. Ambiente polarizado socialmente, cuyos extremos Rubén conoció a través de sus contrastantes experiencias porteñas. Así, en Santiago establece amistad con Pedro Balmaceda Toro, el hijo del presidente Balmaceda, y por su influencia se relaciona con intelectuales chilenos y franceses, asiste a funciones en el Teatro Municipal, recorre las avenidas de los palacios de los millonarios, y en Viña del Mar hasta “almorzó con el Presidente”.
Pero el joven poeta vio de largo el panorama. “La alta sociedad es difícil conocerla a fondo”, afirmó más tarde, porque “es seria y absolutamente aristocrática”. En efecto, la capital chilena vivía el derroche de la ciudad burguesa moderna: la preferencia por los objetos de lujo, la tendencia a la recreación de los sentidos y la vida superficial, y al desmesurado consumo de bienes suntuarios. Y a Darío, un escritor marginado por el sistema, le estaba vedada la posesión de tan jactanciosa magnificencia.
En Valparaíso, en cambio, su amistad con el doctor Galleguillos Lorca, médico y líder de los obreros, le permite conocer de cerca a los harapientos y humildes estibadores del puerto, con quienes se identifica plenamente. De ahí su denuncia en algunos de los cuentos de Azul… de esa realidad que explota y discrimina al trabajador y al artista. En “La canción del oro”, Darío se identifica con el harapiento, pues como afirma él mismo, “es un mendigo o un poeta”; y en “El rey burgués” nos habla de las calamidades del poeta -que como rara especie de hombre – muere de frío asido al manubrio para divertir al pomposo rey.
No obstante, Darío reacciona frente a esta sociedad con una “actitud ambivalente” –como explica Jorge Eduardo Arellano en su Azul… de Rubén Darío: “… celebrando y denunciando, al mismo tiempo, las transformaciones sin precedentes del mundo material y espiritual, rechazando tal sociedad que lo marginaba y reflexionando sobre ella que le deparaba no sólo la libertad artística, sino también la posibilidad de nuevas y complejas experiencia