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ROSARIO AQUIM CHÁVEZ
Una
Una mujer
Toca mis profundidades
Como cuerdas de guitarra,
Roba mis lágrimas para sembrarlas
En primavera
Y pintar corazones en las estrellas.
Recuerdo
Este anaranjado atardecer
De garzas soñadoras,
De ríos,
De riberas rojas,
De raíces,
De memoria.
Del tiempo que no olvida,
Del ansia que retorna,
Del alma que cabalga
En busca de sí misma.
Mientras los perros aúllan
A los fantasmas,
Los amores se desvanecen.
Colgada de la noche
Que arrulla su nostalgia,
Sumergí mis pupilas recordándote.
OSCAR BARBERY SUÁREZ
La luna
Alguien echó a la suerte esta moneda
Que la telaraña de la noche atrapa.
Soy un mendigo con la mano larga
Y la luna no cae.
MAURO BERTERO
En tu voz
En tu voz vive el canto
De futuras e inciertas guerras
Y en tus ojos duerme la noche
De la paz aún no conquistada.
Serte fiel ahora
Es navegar el agua
Que baja de las montañas.
RAMÓN CAMPOS TIBI
Las tres voces de Arlando Paruma
(Fragmento)
Del Padre
Mira, hijo, si la vida lo tiene todo,
El hombre sólo tiene que vivirla.
Y si no sabe vivirla, es como un tronco seco.
¿No miras, acaso, cómo vive la selva?
¿No miras, acaso, cómo baila?
Pero ya soy como un gajo seco
Que habla con la ayuda del viento.
Soy como un tronco seco
Botado en este pueblo.
Soy como un chaco recién quemado,
Sin fuerza de la vida;
Como una ramita que se cae,
Como toda cosa que ya no tiene voz,
Como un pueblo callado
A la espera de la voz del viento.
La casa
(Fragmento)
Pies descalzos, barriga grande
Y desnudo el hijo del siringuero
Desde un barranco
Mira un horizonte que no entiende.
Sólo sabe que en su vida
Van y vienen las noches y los días;
Que hace sol y que la lluvia
Viene con las grandes nubes;
Sólo sabe si el río está seco o no está lleno;
Si hay carne, yuca y arroz.
Nada más en la rutina de este chico
Que en su entraña tiene otro río,
Otra historia seguramente paralela,
Incolora y dirigida al monte, al castañar,
Donde la castaña y la siringa
Le aseguran la otra rueda del tiempo, pero está,
Seguro que está.
Cuando la madre, garrote en mano,
Golpea y golpea trapos
Que antes fueron camisas y pantalones.
Cuando el padre,
Trazado en mano,
Ya machí a la espalda,
Escopeta al hombro,
Sostiene la tradición, porque la vida
En el pahuacha del siringuero
Es estas cosas y mucho más:
En la pahuacha está
El hilo invisible de una historia
Intacta porque es siringuera,
Persistente porque es macha,
Continúa porque es humana,
Divina porque existe.
He ahí lo que esconde la distancia:
San Antonio,
Fortaleza, Palma Real,
Una existencia continúa en el castañar,
Con el siringuero
Respirando la brisa del atardecer,
En un barranco del Madre de Dios,
Con las manos en alto,
Pero vivo, persistente,
Leal.
(De “Los tres cielos, antología de la poesía amazónica de Bolivia”, con selección y prólogo de Homero Carvalho Oliva, Editorial 3600, La Paz, 2013. Rosario Aquí Chávez nació en Riberita, Beni, en 1964. Publicó “Detrás del cristal”, “Memorias de la piel” y “Ojos del cuerpo”. Su obra “Guía de costas” obtuvo el Premio Municipal de Literatura en 1996. Poemas suyos fueron incluidos en la antología “Poetas del Oriente boliviano”. Oscar Barbera Suárez nació en Santa Cruz de la Sierra, en 1954. Poemas suyos fueron incluidos en antologías. Es también guionista, cuentista e historietista. Mauro Certero nació en Santa Cruz, en 1958. Publicó “Cien pájaros perdidos y un cantor de estrellas”, “Antes de septiembre, solicitudes al destino” y “Memorias del encanto”. Es también pintor. Ramón Campos Tibi nació en Cobija, Pando, en 1953. Publicó “Primera elegía”, “Transeúntes el uno y el otro”, “Las tres voces de Arlando Paruma y después de la distancia”. Poemas suyos fueron incluidos en la antología “Poetas del Oriente boliviano”. Es también dramaturgo).
GUSTAVO CÀRDENAS AYAD
Génesis
El primer día
Se creó a sí mismo.
El segundo día
Construyó su casa en las palabras.
El tercer día
Aparecieron los animales
Las vacas y la leche fresca.
El cuarto día
Sembró
Un extenso jardín de geranios.
El quinto día
Excavó siete mares
Y se multiplicaron los peces.
El sexto día
(Después de inventar el cielo y sus luces)
Soñó con una mujer
(La mujer de sus sueños)
El séptimo día
A manera de descanso
Escaló el Everest
Allí en la altura
De la altura
Leyó un poema
De Miguel Hernández,
Y
De sus ojos
Se inauguró la lluvia.