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¿Qué es el socialismo?
El socialismo es un sistema de organización económica de una sociedad, en el que el modo de producción es colectivo, y el Estado es el gestor del orden social. El nombre fue asignado por Karl Marx, quien identificó la importancia de las clases sociales y analizó los conflictos que aparecen entre ellas, haciendo hincapié en el papel del proletariado.
Formas de socialismo
Podemos establecer distintos tipos de socialismo y corrientes ideológicas ligadas a él.
–Socialismo utópico. Fue una corriente filosófica previa al auge marxista del siglo XIX, consecuencia de la revolución industrial y bastante ligada a la ilustración, que difundió ideas románticas y revolucionarias sobre los modos de producción. Fueron los primeros que analizaron la idea de la explotación del hombre por el hombre.
–Socialismo científico. Este es el término con el que Engels se diferenció de la corriente anterior. Si bien se valoró las ideas y utopías antes planteadas, se dieron cuenta de que no se había caracterizado de ningún modo cómo se iba a llegar a ese objetivo. El socialismo científico, como su nombre lo indica, hará un análisis científico de las relaciones de producción, para tener la validez necesaria para convertirse en teoría. La base científica que eligió para entender a la historia es el materialismo dialéctico.
El socialismo en la práctica
Estos conceptos tuvieron un sinnúmero de interpretaciones, y es por ello que el socialismo tuvo puestas en práctica distintas. Algunas de las doctrinas heredadas de esta corriente de pensamiento son:
–Socialdemocracia: es la concepción que más ligó esta forma de organizarse a la democracia burguesa. Más cercana al socialismo utópico, eligió abocarse a economías mixtas (intervención del Estado en un mercado organizado de forma capitalista), seguridad social, derechos humanos, pero nunca cambiando el modo de producción. La mayoría de los ‘partidos socialistas’ del mundo corresponden a esta categoría.
–Marxismo-Leninismo: la experiencia socialista más importante que se vivió, la de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, adoptó esta corriente. Busca la creación de una sociedad mundial comunista, pero desde la dirección de un Estado que sea socialista. Se opone fervientemente a la democracia burguesa, porque se opone al sistema capitalista todo, defendiendo el planeamiento centralizado, así como el Partido Único. La mayoría de los partidos comunistas adoptan esta postura.
–Stalinismo y Trotskismo: En la Unión Soviética se dio esta diferenciación de enfoques. Fallecido Lenin (líder de la revolución rusa), Stalin, más ligado al marxismo-leninismo, sostenía que debía conservarse del modo que fuera el socialismo en el país, por lo que su régimen fue absolutamente represivo y disciplinante de la sociedad. En cambio, el trotskismo concebía al socialismo como una ‘revolución permanente’ que debía internacionalizarse, y tuvo una conducta más tolerante.
–Socialismo cristiano: Hay una corriente dentro de la Iglesia Católica que sostiene que Jesucristo pregonaba ideas socialistas. La ‘Teología de la Liberación’ conecta la fe con la liberación marxista, sobre la base de la explotación y la pobreza como pecado social. Aunque esto choca con el ateísmo de Marx (‘la religión es el opio de los pueblos’), gran parte de la guerrilla latinoamericana estuvo relacionada con esta corriente de pensamiento.
–Socialismo del siglo XXI: Ideado por el expresidente de Venezuela Hugo Chávez, se asocia con el modelo de socialismo cubano, en el que se considera al imperialismo (principalmente al de los Estados Unidos de América) como el mayor enemigo, y se lo combate económicamente con la integración regional de los países tercermundistas. Si bien la propiedad sigue siendo privada, gran cantidad de empresas (especialmente las de capitales extranjeros, radicadas en la época del neoliberalismo) fueron estatizadas, y se dio un importante cambio cultural.