Respuestas
1- Para Yeny este es un clásico de la literatura universal, dejar de leer este texto representa una gran deuda para su experiencia como lectora. En su criterio hay obras que no pueden dejar de leerse en la vida, esta es una de ellas.
2- Lauren distingue que la magia de sus personajes es una motivación, la genialogía de la gran familia Buendía atrapa por su complejidad de relaciones que construye una teladearaña sensual de la que no puedrá escapar ningún lector.
3- Alexis se enamoró de Remedios la Bella, y quiso hasta desposarla, pero un buen día se fue bolando con las sábanas de la tendedera. Todavía Alexis busca a Remedios, en esa loca frontera en el que los personajes de la ficción pasaron a la realidad mientras leía.
4- Rosario piensa que esta obra es un gran BOOOOM editorial que no ha logrado ninguna novela sucesiva, la explicación a esta fiebre de lectura la encuentra en los recursos de lo real maravilloso presentes en la obra.
5- Para Alejandro, la posibilidad de establecer una lectura en términos históricos de la evolución de América, de sus sus dolores y desengaños, pero también de sus tonos más felices, convierten a esta obra en un banquete.
6- Anabel reconoce que el Premio Nobel otorgado a García Márquez en 1982 hace un acto de justicia con uno de los grandes escritores latinoamericanos, la lectura de Cien años de soledad y de otros libros de este autor ha de ser obligada para todo aquel que intenta propiciarse una cultura sólida.
7- Eduardo confiesa que vive en Macondo desde que leyó la novela, esto no significa que viva entre las páginas del libro, sino que Macondo se parece mucho a Latinoamericana, explica nuestra realidad y da las claves para entendernos como hijos de este continente.
8- Se cumplen 50 años de la edición príncipe de Cien años de soledad, en términos editoriales no es mucho tiempo, pero ha sido suficiente para convertir a este texto en un gran monumento literario que agradecemos todos los lectores, ese es un buen pretexto para leer, aclara Jenifer.
9- Cien años parece poco tiempo cuando se lee un gran libro en tan solo dos días, nos dice José Carlos, quien no pudo desprenderse del estilo garciamarquiano una vez que disfrutó de los enigmas del primer párrafo:
«Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de 20 casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo.»
10- La décima razón la pones tú, intrépido lector, de seguro con muchos criterios para invitar a la lectura de esta inusual novela. La primera edición de Cien años de soledad ocurre en Buenos Aires en mayo de 1967 por la editorial Sudamericana con una edición total inicial de 8.000 ejemplares. Hasta hoy se han vendido más de 30 millones de ejemplares y ha sido traducida a más de 35 idiomas.