Respuestas
Fray Lorenzo: Esa voz debe ser la de Fray Juan. ¡Bienvenido de Mantua! ¿Qué dice Romeo? O, si viene por escrito su pensamiento, dame la carta.
Fray Juan: Yendo en busca de un hermano descalzo de nuestra Orden, que en esta ciudad visitaba los enfermos, para que me acompañara, y al dar con él, los celadores de la población, por sospechas de que ambos habíamos estado en una casa donde reinaba la peste, sellaron las puertas y no nos dejaron salir. De suerte que aquí tuve que suspender mi diligencia para ir a Mantua.
Fray Lorenzo: ¿Quién llevó entonces mi carta a Romeo?
Fray Juan: No la pude mandar, aquí está de nuevo, ni pude encontrar mensajero alguno para traerla; tal temor tenían todos a contagiarse.
Fray Lorenzo: ¡Suerte fatal! ¡Por mi santa Orden, que no era insignificante la misiva, sino que encerraba un mensaje muy importante, y cuyo descuido puede acarrear graves consecuencias. Fray Juan, ve a buscarme una palanca de hierro y tráela a mi celda sin tardanza.
Fray Juan: Voy por ella, hermano.