Respuestas
“Dime, mamá, ¿cómo se hacen los bebés?”
“¡Buena pregunta hijo mío! Ve a preguntarle a tu padre”.
“Ya lo aprenderás cuando seas mayor”.
Ignoramos, esquivamos, retrasamos. Y sin embargo, el mejor momento para ofrecer una respuesta ¡es cuando se plantee la pregunta! No hay necesidad de largos discursos científicos, sino de palabras sencillas y verdaderas, adecuadas a la edad de vuestro hijo.
Aquí no encontraréis las frases ya hechas, ya que es necesario que las palabras salgan de vosotros, que tengan vuestra naturalidad y se ajusten a los oídos de vuestros hijos en particular. Únicamente deseo mentalizaros sobre la necesidad de responder a dicha pregunta y la importancia de prepararse un mínimo para este propósito; quiero hablaros de la necesidad de hablar de amor y de sexualidad a vuestros hijos, y de decirles que su cuerpo es un tesoro que ha de ser respetado, ya que, más tarde, será dador de vida.
¿Por qué responder?
1. Porque, naturalmente, los niños plantean preguntas para las que esperan una respuesta. No hay curiosidad fuera de lugar ni perversidad alguna en sus preguntas. Se preguntan sobre la “fabricación” de los bebés de la misma manera que sienten curiosidad sobre el porqué de las nubes en el cielo o sobre el funcionamiento de un coche.
Al evitar la respuesta, solo conseguís hacer de la sexualidad un tema tabú en casa. Así pues, ¿no preferiríais ser vosotros los iniciadores de su educación sexual? ¿Mejor que la escuela o que Internet? ¿No preferiríais que vuestros hijos, cuando sean adolescentes, recurran a vosotros para resolver las dudas que les inquietan, en vez de a sus compañeros de clase?
Inès de Franclieu, madre de familia y especialista en educación afectiva y sexual, escribe en su libro Amour et sexualité [Amor y sexualidad]: “Si queremos poder acompañar a nuestros adolescentes en sus dudas sobre el amor, es en la infancia cuando hay que tener el valor de hablarles sobre el cuerpo y la sexualidad, con palabras apropiadas para su edad”.
2. Porque responder a los hijos significa protegerles. Cuando les respondemos les mostramos que tenemos interés en decirles la verdad, en saciar su sed de saber y que les tenemos en consideración. De esta forma, el hijo se siente amado, protegido y tranquilo. Responderles es contarles una historia de amor, la vuestra. E incluso si esa historia ya no continúa hoy en día, bien es cierto que en el pasado existió. Responderles es decirles de dónde vienen, es darles un punto de referencia.
3. Porque es importante que abordemos el tema de la sexualidad antes de que la conozcan a través de la burla de los compañeros de clase, a través del uso que la publicidad hace de ella, de la fealdad que ofrece Internet o incluso antes de que se la expongan en el colegio, para que podamos transmitir nuestra propia definición de la sexualidad.
En la escuela, en la asignatura de Ciencias Naturales, Conocimiento del Medio o Biología, abordan el tema de la “reproducción humana” y muestran solo una faceta de la sexualidad, la biológica y fisiológica. Nos corresponde a nosotros, como padres y madres, el anticipar y completar esa perspectiva destacando la dimensión afectiva y hermosa, como fuente de vida