Respuestas
Arqueóloga Isabel Flores impulsa y ejecuta desde hace más de 35 años la puesta en valor del sitio arqueológico de Miraflores
Isabel Flores, la dama de la huaca PucllanaLuis Silva Nole12.02.2016 / 08:30 amNi siquiera cuando está resolviendo temas administrativos se despega de su pasión: la huaca Pucllana. Desde su oficina, en un extremo del complejo arqueológico miraflorino, Isabel Flores Espinoza tiene una vista impresionante de la plaza principal y de la pirámide trunca. Un enorme cántaro de la cultura Lima es fiel compañero de su escritorio.
Pero lo realmente suyo es el trabajo de campo. El día de esta arqueóloga y educadora, que el último miércoles cumplió 81 años, empieza temprano. A las 7 a.m. ya está recorriendo la enorme zona intangible de 6 hectáreas considerada Patrimonio Cultural de la Nación. Un par de horas después recibe a los niños que cada mañana de verano llegan hasta el complejo para participar en el taller de arqueología de vacaciones útiles, que ella forjó hace 25 años.
Con una energía que es la envidia de todo su personal, Isabel sube hasta la cima de la pirámide y con ojo de lince escanea cada detalle de la zona arqueológica. Es apasionada y disciplinada con su trabajo de directora del museo de sitio. Si Caral tiene a Ruth Shady, Pucllana tiene a Isabel Flores.
Isabel es la gran responsable de que hoy Pucllana sea una zona arqueológica modelo. El amor entre ambas surgió hace 35 años cuando la Municipalidad de Miraflores y el entonces Instituto Nacional de Cultura (INC) –hoy Ministerio de Cultura– se dieron la mano y aprobaron un proyecto suyo de conservación y puesta en valor de la huaca. Isabel, que estaba en las filas del INC y que ni se imaginaba que en el 2016 seguiría como responsable del sitio, recibió el encargo de llevar a cabo su ambicioso proyecto.
Pero ya varios años antes, en 1967, habían empezado sus coqueteos con la huaca: el historiador Juan José Vega, entonces alcalde miraflorino, le encargó gestar un proyecto para recuperar el área arqueológica, que había sido invadida por un centenar de familias que vivían en condiciones precarias.
En aquella época la basura se había apoderado de parte de la huaca, que era conocida como Juliana. El golpe militar de Juan Velasco truncó la ejecución de ese proyecto inicial. Isabel estuvo pocos meses en la huaca y casi nada pudo hacer, pero ese tiempo sirvió para cimentar entre ellas una relación que se mantiene hasta la actualidad y no tiene fecha de caducidad. “Seguiré en Pucllana hasta que Dios me lo permita. Estoy formando a arqueólogos que tomarán la posta cuando yo no esté”, cuenta Isabel a El Comercio.
Isabel Flores Espinoza también es educadora. Dirige año a año el taller de arqueología de verano para niños en Pucllana. (Foto: Eduardo Cavero / El Comercio)