Respuestas
Tanto el exceso como la falta de luz ocasiona en las plantas consecuencias negativas. Demasiada luz provoca que las hojas pierdan el tono verde y se tornen blanquecinas, con bordes amarronados y manchas pardas. Además se reduce el tamaño del ejemplar, a veces se arruga e incluso se puede chamuscar. Como reacción natural ante este exceso, la planta tenderá a crecer orientada hacia el lado opuesto a aquel de donde recibe la luz.
Si solo una parte de la planta recibe luz, todo su desarrollo tenderá a desviarse hacia el sector iluminadoCuando, por el contrario, la planta recibe menos luz de lo que necesita, la planta se ve débil. Florecen poco y las flores son muy pequeñas se caen antes de haber completado su desarrollo. Los tallos son débiles y delgados, y las hojas se ponen amarillas y se caen enseguida.
Además de que reciba la cantidad de luz adecuada, ni excesiva ni escasa, se debe procurar que la luz llegue a todas las partes de la planta de forma pareja. Si solo una parte de la planta recibe luz y la otra no, todo su desarrollo tenderá a desviarse hacia el sector iluminado. Por tal motivo, sobre todo en el caso de arbustos y plantas de buen porte, lo recomendable es girar la planta periódicamente para que todas sus partes reciban una cantidad de luz similar.