Respuestas
Estas leyendas tienen origen en la época de la conquista de los españoles.
EL GALLO DE LA CATEDRAL
Había
una vez un hombre muy rico que vivía como rey. Muy temprano en la mañana comía
el desayuno. Después dormía la siesta. Luego, almorzaba y, a la tarde, oloroso
a perfume, salía a la calle. Bajaba a la Plaza Grande. Se paraba delante del
gallo de la Catedral y burlándose le decía: ¡Qué gallito! ¡Qué disparate de
gallo!
Luego, don Ramón caminaba por la bajada de Santa Catalina. Entraba en la tienda de la señora Mariana a tomar unas mistelas. Allí se quedaba hasta la noche. Al regresar a su casa, don Ramón ya estaba coloradito. Entonces, frente a la Catedral, gritaba: ¡Para mí no hay gallos que valgan! ¡Ni el gallo de la Catedral!
Don Ramón se creía el mejor gallo del mundo! Una vez al pasar, volvió a desafiar al gallo: ¡Qué tontería de gallo! ¡No hago caso ni al gallo de la Catedral!
En ese momento, don Ramón sintió que una espuela enorme le rasgaba las piernas. Cayó herido. El gallo lo sujetaba y no le permitía moverse. Una voz le dijo:
- ¡Prométeme que no volverás a tomar mistelas!
- ¡Ni siquiera tomaré agua!
- ¡Prométeme que nunca jamás volverás a insultarme!
- ¡Ni siquiera te nombraré!
- ¡Levántate, hombre! ¡Pobre de ti si no cumples tu palabra de honor!
- Gracias por tu perdón gallito.
Entonces el gallito regresó a su puesto.
Cuentan quienes vivieron en esos años, que don Ramón nunca más volvió a sus andadas y que se convirtió en un hombre serio y responsable. Además dicen algunas personas que el gallito nunca se movió de su sitio, sino que los propios vecinos de San Juan, el sacristán de la Catedral, y algunos de los amigos de don Ramón, cansados de su mala conducta, le prepararon una broma para quitarle el vicio de las mistelas.
CANTUÑA
Famosa es la leyenda que cuenta cómo el convento de San Francisco de Quito fue construida por Cantuña mediante pacto con el diablo. Ésta relata cómo Cantuña contratista, atrasado en la entrega de las obras, transó con el maligno para que, a cambio de su alma, le ayudara a trabajar durante la noche. Numerosos diablillos trabajaron mientras duró la oscuridad para terminar la iglesia. Al amanecer los dos firmantes del contrato sellado con sangre: Cantuña por un lado, y el diablo por el otro, se reunieron para hacerlo efectivo.
El indígena, temeroso y resignado, iba a cumplir su parte cuando se dio cuenta de que en un costado de la iglesia faltaba colocar una piedra; cuál hábil abogado arguyó, lleno de esperanza, que la obra estaba incompleta, que ya amanecía y con ello el plazo caducaba, y que, por lo tanto, el contrato quedaba insubsistente .
Ahora bien, la historia, a pesar de haber contribuido al mito, es algo diferente. Cantuña era solamente un guagua de noble linaje, cuando Rumiñahui quemó la ciudad. Olvidado por sus mayores en la historia colectiva ante el inminente arribo de las huestes españolas, Cantuña quedó atrapado en las llamas que consumían al Quito incaico.
La suerte quiso que, pese a estar horriblemente quemado y grotescamente deformado, el muchacho sobreviva. De él se apiadó uno de los conquistadores llamado Hernán Suárez, que lo hizo parte de su servicio, lo cristalizó, y, según dicen, lo trató casi como a propio hijo. Pasaron los años y don Hernán, buen conquistador pero mal administrador, cayó en la desgracia. Aquejado por las deudas, no atinaba cómo resolver sus problemas cada vez más acuciantes. Estando a punto de tener que vender casa y solar. Cantuña se le acercó ofreciéndole solucionar sus problemas, poniendo una sola condición: que haga ciertas modificaciones en el subsuelo de la casa.
La suerte del hombre cambió de la noche a la mañana, sus finanzas se pusieron a tal punto que llegaron a estar más allá que en sus mejores días. Pero no hay riqueza que pueda evitar lo inevitable: con los años a cuestas, al ya viejo guerrero le sobrevino la muerte. Cantuña fue declarado su único heredero y como tal siguió gozando de gran fortuna. Eran enormes las contribuciones que el indígena realizaba a los franciscanos para la construcción de su convento e iglesia. Los religiosos y autoridades, al no comprender el origen de tan grandes y piadosas ofrendas, resolvieron interrogarlo. Tantas veces acudieron a Cantuña con sus inoportunas preguntas que éste resolvió zafarse de ellos de una vez por todas. El indígena confesó ante los estupefactos curas que había hecho un pacto con el demonio y que éste, a cambio de su alma, le procuraba todo el dinero que le pidiese.
Algunos religiosos compasivos intentaron el exorcismo contra el demonio y la persuasión con Cantuña para que devuelva lo recibido y rompa el trato. Ante las continuas negativas, los extranjeros empezaron a verlo con una mezcla de miedo y misericordia. A la muerte de Cantuña se descubrió en el subsuelo de la casa, bajo un piso falso, una fragua para fundir oro. A un costado había varios lingotes de oro y una cantidad de piezas incas listas para ser fundidas.
Las leyendas de la sierra ecuatoriana nacen de anécdotas y experiencias de celebres personajes, que al ser transmitidos de una generación a otra, a través del ingenio popular, van dejando sus huellas hasta convertirla en una historia un tanto real y un tanto ficticia.
Leyendas de la sierra ecuatoriana:
- Cantuña y su pacto con el Diablo
- La doncella de Pumapungo
- El padre Almeida
- El Gallito de la Catedral
- La olla del Panecillo
- La Bella Aurora
- El Cristo de los Andes
- El Penacho de Atahualpa
- La Iglesia del Robo
- Último Ensueño de Manuelita
Las leyendas:
- Son relatos de hechos sobrenaturales, naturales o mezcla de ambos, transmitidos de generación en generación ya sea en forma oral o escrita.
- Están situadas de manera imprecisa entre el mito y el suceso verídico.
- Están ubicadas en un tiempo y lugar conocido de los miembros de una comunidad, lo que puede dar cierta credibilidad al relato.
- Se presentan elementos sobrenaturales como milagros, aparición de criaturas fantásticas o de ultratumba.
- Forman parte de la visión del mundo de la comunidad en la que se origina la leyenda.
Las leyendas de la sierra ecuatoriana hacen alusión a los tiempos remotos o primigenios o están referidas simplemente a los tiempos históricos pasados y en su mayoría tienen su origen en época de la conquista española.
Para más información relacionada con el tema puede consultar los siguientes links:
- ¿Por qué se afirma que una leyenda es en parte verdad?: https://brainly.lat/tarea/11008576
- Diferencias y similitudes entre cuento, novela y leyenda: https://brainly.lat/tarea/4308703
- ¿Qué nos permite ver las descripciones detalladas y la narración de las leyendas?: https://brainly.lat/tarea/11094389
Asignatura: Historia
Nivel: Bachillerato