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Un amigo verdadero
Para conseguir mi actual trabajo, el mes pasado acudí a una entrevista, y como en realidad lo necesitaba, tomé las precauciones necesarias, en caso de que me hicieran algún examen.
Usé mis ahorros y compre el material más actualizado en Administración, para estar al día, y en efecto, logré un avance muy bueno. Pero a un día de la entrevista me percaté de que no tenía ropa para la ocasión, todas mis camisas estaban gastadas y mis pantalones dejaban ver su uso, los trajes que usé en la escuela ya no me quedaban.
Desesperado salí a buscar a mis viejos amigos de colegio, pero muchos ya se habían mudado y otros no se encontraban.
Fui a la casa de mi amigo Ismael, mi compañero de secundaria, pero no había nadie, al salir me encontré con su hermano Héctor, que llegaba bien vestido en su bmw blanco; le platiqué lo que me pasaba y sin mediar palabra me hizo la seña de que entrara en su coche; como nunca nos llevamos muy bien no discutí, sentí que no me hablaba por lo cruel que fui con él cuando más jóvenes.
En un momento me llevó a un centro comercial y entramos a una boutique, en ese lugar me atendieron como nunca lo habían hecho, y en un momento Héctor desapareció de mi vista, pensé que me abandonó con el paquete de ropa.
Ya llegó el momento en el que estaba con el traje puesto, y cuando el empleado se fue para hacerme la nota Héctor apareció, me dio cinco mil pesos y se retiró casi de inmediato, sólo me hizo una seña con la mano diciendo que lo espere un momentito.
Pagué la ropa y me quedaron quinientos pesos en efectivo, la chica de la caja tardó en atenderme y al salir a buscar a Héctor no lo pude encontrar.
Salí hasta donde estaba el carro y revisé por la ventanilla, pero de un momento a otro al levantar la vista él ya estaba entrando al carro.
Me subí y le dije que le pagaría todo con el primer pago que consiga, si me contratan, y sin percatarme ya estábamos frente a mi casa.
Bajé del coche, él sólo me saludó sacando la mano por la ventanilla.
No quiere hablarme, seguro me cobrará caro el favor, mejor no lastimaré la ropa para regresarla al día siguiente, pero pasaré a su casa para avisarle.
Llegó la entrevista, que fue un viernes, y después de la entrevista fui directo a su casa, ahora sí encontré a Ismael y le dije que quería ver a Héctor.
Ismael me respondió que ayer por la mañana fue su sepelio y hoy era el primer día de la novena que le rezaría.
espero que te sirva