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Quizá la aplicación más extendida de la canela sea para mejorar los procesos digestivos, ya que tonifica el estómago al mismo tiempo que reduce y alivia los gases, las náuseas y la acidez. De ahí, precisamente, que su uso en la cocina sea tan frecuente, además de por el sabor y el olor que aporta a los platos.
También son bastante conocidas las propiedades de la canela como antiséptico, bactericida, antiparasitario y antimicótico. En este sentido, también se aplica en casos de enfermedades respiratorias, puesto que resulta antiinflamatoria y expectorante, al mismo tiempo que ayuda a reducir la fiebre al aumentar la sudoración.
Asimismo, el uso de la canela también es recomendable en el caso de ciertas enfermedades relacionadas con el sistema circulatorio. Ello se debe a que esta especia previene la formación de trombos, es antiesclerótica y antiagregante. En este sentido, puede ser útil recurrir a ella en los tratamientos para paliar los problemas relacionados con la circulación periférica.
La canela también está considerada como uno de los mayores afrodisíacos por su gran capacidad para aumentar el deseo sexual y la libido. De hecho, hay quien recomienda el consumo de esta especia en casos de problemas de erección.