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Esta situación ya se vivió en 2011 con el estallido de la Primavera Árabe en Egipto y Túnez. Ese año, España ganó 4 millones de turistas, de los que una gran mayoría se debió a las anulaciones en ambos países. Este aumento representó 1,6 puntos de los 2,6 en los que se incrementó el PIB turístico en total, según datos del lobby Exceltur.
Y uno de los mercados turísticos que más creció fue el ruso, que sigue adquiriendo una gran importancia, con un crecimiento de llegadas del 30% y de operaciones aéreas del 21% en lo que va de año. Los hoteleros señalan el importante potencial de crecimiento que tiene. “En el año 2000 se registró una cifra de cinco millones de viajeros de dicho país y en 2013 ha ascendido a 15. Sin embargo, a España tan solo acude un 1,2% del total mientras que Turquía duplica la cifra y acoge a un 2,4. Suelen pernoctar entre 7 y 15 noches en su país de destino y el 84,5% se aloja en hoteles”, apuntó el presidente de la patronal hotelera, Juan Molas. Y al contrario que los españoles, que tramitan sus vacaciones a última hora, los turistas rusos ya han cerrado sus reservas para los meses de julio y agosto.
Por su parte, en Turquía la situación se ha regularizado y todas las reservas que fueron aplazadas con motivo de las revueltas están saliendo con normalidad. Los touroperadores afirman que el conflicto se limita a las ciudades de Estambul y Ankara y aseguran que no ha tenido ningún impacto en las zonas costeras, las más visitadas durante los meses de temporada alta.