Respuestas
Respuesta dada por:
2
Vivíamos en un barranco mis hijos, Pepe y Toribio, junto a los desmontes y piedras, aprendimos el oficio de la pesca, que vendíamos en la paradita de Santa Cruz, y así crecimos nadie nos dio nada, hicimos nuestra casa y no nos importaba lo que pasaba, arriba en lo alto, si la ciudad crecía, se llenaba de palacios. Pero nuestra vida peligraba, había una grieta, en la parte alta, y cuestión de tiempo para que se derrumbara y tapara nuestra casa, decidimos construir un muro de contención con los fierros que extrajimos del mar.
Nuestra casa se llenó de animales, de perros vagabundos, gatos, que comían ratas y culebritas en el barranco, a principio nosotros lo botábamos a pedradas, porque bastante trabajo teníamos con nuestro propio pellejo. También llegó un hombre que llevaba su tienda en su costal. Que por cierto se atoró con un trozo de pescado, fue aquel día que llegó a casa, lo dimos unos golpes en el cogote. Este hombre arreglo la finca, las puertas de la casa, afilo los anzuelos, y nunca pidió algo solo una troncha de pescado. Todo lo que estuvo malogrado lo compuso y de todo objeto roto inventó un objeto nuevo.
En el verano la gente pobre venía a la playa, nosotros lo limpiamos, y levantamos un cobertizo para dar sombra, los bañistas nos agradecieron y aumentaron y entonces intente cobrar 10 céntimos, pero me dijeron aún falta arreglar algunas cosas.
Un día mientras regresaba a casa mi hijo Toribio estaba mirando el mar, y me dijo no veo a Pepe ya hace mucho tiempo. Eso me asusto, y la tarde ya había caído; Corrí a las aguas me quite la ropa;lo busque, lo llame y no había respuesta. Ya era de noche todo era oscuro. Lo suplique de rodilla a los pescadores, que estaban a punto de zarpar. Que me ayudaran. Con once barcas y antorchas encendidas lo buscamos.
Nuestra casa se llenó de animales, de perros vagabundos, gatos, que comían ratas y culebritas en el barranco, a principio nosotros lo botábamos a pedradas, porque bastante trabajo teníamos con nuestro propio pellejo. También llegó un hombre que llevaba su tienda en su costal. Que por cierto se atoró con un trozo de pescado, fue aquel día que llegó a casa, lo dimos unos golpes en el cogote. Este hombre arreglo la finca, las puertas de la casa, afilo los anzuelos, y nunca pidió algo solo una troncha de pescado. Todo lo que estuvo malogrado lo compuso y de todo objeto roto inventó un objeto nuevo.
En el verano la gente pobre venía a la playa, nosotros lo limpiamos, y levantamos un cobertizo para dar sombra, los bañistas nos agradecieron y aumentaron y entonces intente cobrar 10 céntimos, pero me dijeron aún falta arreglar algunas cosas.
Un día mientras regresaba a casa mi hijo Toribio estaba mirando el mar, y me dijo no veo a Pepe ya hace mucho tiempo. Eso me asusto, y la tarde ya había caído; Corrí a las aguas me quite la ropa;lo busque, lo llame y no había respuesta. Ya era de noche todo era oscuro. Lo suplique de rodilla a los pescadores, que estaban a punto de zarpar. Que me ayudaran. Con once barcas y antorchas encendidas lo buscamos.
Preguntas similares
hace 6 años
hace 9 años
hace 9 años
hace 9 años
hace 9 años