Respuestas
La reproducción de los vertebrados y los anfibios está estrechamente relacionada con el medio acuático. Los peces viven siempre en el agua, mientras que los anfibios nacen en el agua y vuelven a ella para reproducirse. La mayoría de los peces se caracteriza por su fecundación externa y reproducción ovípara. Existen machos y hembras, y es frecuente el dimorfismo sexual. Normalmente, los peces ponen muchos huevos con pocas sustancias de reserva. Una vez puestos, el macho los fecunda liberando sobre ellos sus espermatozoides. En general, los peces depositan los huevos en algún lugar adecuado, o incluso construyen un nido, pero no les proporcionan excesivos cuidados. Tras la eclosión, salen las crías o alevines, que recuerdan más o menos a los adultos. De nuevo, los adultos no suelen prestar cuidados a sus crías; incluso, es frecuente que los adultos se alimenten de ejemplares juveniles de su propia especie.
Los tiburones
Los tiburones, pese a ser peces, presentan fecundación interna. El macho tiene dos órganos copuladores, uno a cada lado, para que pueda emplear el más apropiado. Muchos tiburones son ovovivíparos y paren crías bien desarrolladas. Otros, en cambio, ponen huevos con cubiertas duras, que reciben el nombre de «bolsas de sirena».
Peces hermafroditas
Entre los peces es frecuente encontrar especies hermafroditas secuenciales; esto significa que, en un momento determinado de su vida, cambian de sexo. Hay especies en las que los juveniles son machos y los adultos, de mayor tamaño, hembras. En otras, en cambio, los juveniles son hembras y, al aumentar de tamaño, pasan a ser machos.
Padres embarazados
Los caballitos de mar o hipocampos son sorprendentes, no solo por su aspecto, sino también por sus costumbres reproductoras. En primer lugar, se trata de una especie monógama, es decir, no cambian de pareja a lo largo de su vida. Pero lo más curioso es que, durante el apareamiento, la hembra transfiere los huevos a una bolsa que el macho tiene en el vientre. Allí se produce la fecundación. El padre los conserva en la bolsa hasta el momento de la eclosión, en la que expulsa las crías recién nacidas en un proceso que recuerda un parto.