Respuestas
El periodo 1915 – 1930 en Argentina se caracteriza por una crisis de representatividad como consecuencia de las contradicciones propias del capitalismo tardío en sus modos de manifestación política, cuyo desarrollo trajo aparejada una distinción social muy marcada, propiciada por la distribución desigual de los medios de subsistencia.
En efecto, la conformación de un esquema productivo en torno a la dependencia económica unilateral, en el sentido de un intercambio que involucraba primordialmente sólo a Gran Bretaña, determinó un estado particular de relaciones sociales, lo que también derivó en la conformación de una cultura coherente, pero referida a Francia, en la medida en que se la definía como árbitro cultural de la modernidad tardía que asumió la clase social dominante del país.
Partiendo del axioma que la representatividad es un fenómeno inherente al parlamentarismo occidental y que la misma depende de los grados de desarrollo que experimenta una sociedad, es factible postular que la crisis de representatividad del periodo aludido es una con-secuencia lógica de las contradicciones propias al modelo económico dependiente y de la organización social que del mismo deriva.
Con atención a lo expresado, este trabajo se funda metodológicamente en el modelo hipotético-deductivo sustentado en el materialismo histórico. De acuerdo con esto, se analizarán las causas y el desarrollo del fenómeno en el marco de las condiciones en las cuales adquiere objetividad. En función de ello, se aplicará la técnica de indagación bibliográfica en documentos pertinentes, cuyos datos se analizarán dialécticamente. Este trabajo aspira a aportar un nuevo enfoque para el abordaje del objeto.
Algunos problemas
En primera instancia, resulta necesario definir algunos aspectos propios de este trabajo, a saber: capitalismo tardío y representatividad, categorías operativas que sirven para marcar estadios específicos en las relaciones productivas y sociales en las que se halla un sujeto dado.
Efectivamente, capitalismo tardío define el estado concreto de un aparato productivo en un entorno, el capitalismo mundial, cuyo desarrollo implica fases desiguales y heterogéneas. Al hacer lugar a estas consideraciones, se tiene en cuenta que este modelo de producción no se impuso homogéneamente en el mundo, sino que su implantación fue el resultado de un proceso histórico que tuvo como sujeto activo principal a una clase social específica: la burguesía. Por lo mismo, esta clase social, y su consolidación como factor económico y políticamente hegemónico, comportó un desarrollo ligado a una paulatina transferencia y desarrollo de los medios de subsistencia.
Si se aceptan estas postulaciones, la modernidad implicada en este proceso se desarrolló asimétricamente, razón por la cual todas las sociedades no accedieron al mismo tiempo a las prácticas implicadas en ella, lo que produjo obviamente desarrollos desiguales.
Las Provincias Unidas del Río de la Plata, como configuración económica y social, derivaron de Virreinato y su conformación como estado-nación comenzó a producirse recién en 1853, al final de la guerra civil que comportó factores económicos y políticos contrapuestos. La cristalización de la dominación de uno de esos factores, los unitarios, implicó la institucionalización de un modelo económico específico y una organización política al efecto. De acuerdo con el año citado y los sucesivos hasta la constitución concreta del estado, la incorporación de la República Argentina al concierto mundial se produjo tardíamente respecto de los países europeos, dentro de cuyos límites venía consolidándose un modelo productivo que, posterior-mente, fue mundializado y dio como resultado una nueva configuración de la división del trabajo, pero a escala mundial.
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