En la actualidad muchos estudiantes, docentes y padres de familia cuestionan la modalidad virtual en la formación universitaria. La mayoría considera que el estudiante aprende solo si es que el docente está físicamente en el aula para ‘explicar la clase’ y responder las consultas de sus estudiantes. Existe una justificada incertidumbre y una gran preocupación frente a otras maneras de enseñar y de aprender. Desde mi experiencia, puedo decir que esta preocupación es válida y comprensible. Sin embargo, en mi interrelación cotidiana descubro que hay nuevas formas y nuevos espacios de aprendizaje. Ello me permite afirmar que la virtualidad puede ser una modalidad formativa válida, siempre y cuando sepamos aprovechar sus bondades. Me gustaría compartirte mis reflexiones y propuestas al respecto, en las líneas siguientes. cual es texto, postura y anticipacion
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Apoyándome o tomando referencia por parte de instituciones universitarias que presenció un caso igual: esta universidad recibió firmas de parte del grupo estudiantil para tomar medidas sobre el asunto, ya que por el hecho de que el pago era un sueldo y este no era por horas; los profesores únicamente ingresaban al aula para evaluar a los estudiantes. Estos viendo el rendimiento y la ineficacia presentaron el caso, firmando los estudiantes de dicho profesor. La institución abrió un segmento en la página web llamado: opinión estudiantil, donde se calificaba al profesor; le cambió el salarió cobrando por horas; asistían coordinadores para presenciar las clases; y se les permitía a los estudiantes cambiar de profesor y retirar materia antes de los inicios de exámenes. Este método mejoró el rendimiento profesional, culminando con la ineficacia profesional de parte de los docentes, donde hubo un aumento de promedio estudiantil y un porcentaje de aplazados disminuyó.
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