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El discurso de Perón en la Bolsa de Comercio- 1944
Publicado el noviembre 1, 2010 por hofelstEl famosísimo discurso que Juan Domingo Perón pronunció ante empresarios en agosto de 1944 es una de las instancias en las que más claramente se expresa el pensamiento del expresidente argentino.Estos capitalistas reciben al entonces Secretario de Trabajo y Previsión preocupados por el discurso y las ideas que desde ese nuevo órgano estatal propiciaba el coronel. Sin embargo, Perón asistió a la Bolsa de Comercio a llevar tranquilidad y a pedir colaboración de las patronales en su naciente proyecto.Él entendía -anticipaba- que se ingresaba en un nuevo período en la política de Estado, en una era de masas. Aquel que quisiera gobernar debía dar una respuesta a las masas. Para dirigirlas, había que organizarlas, dominarlas; los empresarios debían ceder algo si no querían perderlo todo a manos de la agitación social.En su discurso Perón explica claramente su pensamiento temprano, de neta influencia corporativista. Las relaciones -pacíficas- entre capital y trabajo, el vital rol del sindicalismo como domesticador de las masas obreras, el Estado como entidad que sobre las partes garantiza esas relaciones pacíficas, su claro anticomunismo, son algunos de los conceptos que Perón aclara a los empresarios.A continuación una selección del discurso de Perón:El texto completo se puede descargar aquí.Señores:En primer término, agradezco la oportunidad que me brinda la Cámara de Comercio para exponer algunos asuntos que conciernen en forma directa a la Secretaría de Trabajo y Previsión. Al hacerlo no he querido escribir cuanto voy a exponer, a fin de animar esta conversación, descartando la lasitud natural de las lecturas, para buscar una mayor comprensión y facilitar un entendimiento entre los intereses que juegan en el orden social, que la Secretaría de Trabajo y Previsión está encarando. En ese sentido me trae hasta aquí un sentimiento leal y una absoluta sinceridad (…).La Secretaría de Trabajo y Previsión entiende que la política social de un país comprende integralmente todo lo humano con relación a los diversos factores del bienestar general. Siendo así, muchos, posiblemente equivocados sobre todo cuanto yo he dicho en el orden social, se han permitido calificarme de distintas maneras. Yo he interpretado cada una de estas calificaciones; las he sopesado y he llegado a esta conclusión: de un lado, me han dicho que soy nazi, de otro lado han sostenido que soy comunista; todo lo que me da la verdadera certidumbre de que estoy colocado en el perfecto equilibrio que busco en la acción que desarrollo en la Secretaría de Trabajo y Previsión.Pienso que el problema social se resuelve de una sola manera: obrando conscientemente para buscar una perfecta regulación entre las clases trabajadoras, medias y capitalistas, procurando una armonización perfecta de fuerzas, donde la riqueza no se vea perjudicada, propendiendo por todos los medios a crear un bienestar social, sin el cual la fortuna es un verdadero fenómeno de espejismo que puede romperse de un momento a otro. Una riqueza sin estabilidad social puede ser poderosa, pero será siempre frágil, y ése es el peligro que viéndolo, trata de evitar por todos los medios la Secretaría de Trabajo y Previsión (…).Hasta ahora estos problemas han sido encarados por una verdadera lucha. Yo no creo que la solución de los problemas sociales esté en seguir la lucha entre el capital y el trabajo. Ya hace más de sesenta años, cuando las teorías del sindicalismo socialista comenzaron a producir sus frutos en esa lucha, opiniones extraordinariamente autorizadas, como la de Massini y la de León XIII proclamaron nuevas doctrinas, con las cuales debía desaparecer esa lucha inútil, que como toda lucha no produce sino destrucción de valores.
Entonces yo dejo a vuestra consideración estas dos propuestas: primero, una obra social de colaboración en cada taller, en cada fábrica, o en cada oficina, más humana que ninguna otra cosa; segundo, el nombramiento de una comisión compuesta por los señores, para que pueda trabajar con nosotros, para ver si en conjunto, entendiéndonos bien, colaborando sincera y lealmente, llegamos a realizar una obra que en el futuro tenga algo que agradecernos.
Publicado el noviembre 1, 2010 por hofelstEl famosísimo discurso que Juan Domingo Perón pronunció ante empresarios en agosto de 1944 es una de las instancias en las que más claramente se expresa el pensamiento del expresidente argentino.Estos capitalistas reciben al entonces Secretario de Trabajo y Previsión preocupados por el discurso y las ideas que desde ese nuevo órgano estatal propiciaba el coronel. Sin embargo, Perón asistió a la Bolsa de Comercio a llevar tranquilidad y a pedir colaboración de las patronales en su naciente proyecto.Él entendía -anticipaba- que se ingresaba en un nuevo período en la política de Estado, en una era de masas. Aquel que quisiera gobernar debía dar una respuesta a las masas. Para dirigirlas, había que organizarlas, dominarlas; los empresarios debían ceder algo si no querían perderlo todo a manos de la agitación social.En su discurso Perón explica claramente su pensamiento temprano, de neta influencia corporativista. Las relaciones -pacíficas- entre capital y trabajo, el vital rol del sindicalismo como domesticador de las masas obreras, el Estado como entidad que sobre las partes garantiza esas relaciones pacíficas, su claro anticomunismo, son algunos de los conceptos que Perón aclara a los empresarios.A continuación una selección del discurso de Perón:El texto completo se puede descargar aquí.Señores:En primer término, agradezco la oportunidad que me brinda la Cámara de Comercio para exponer algunos asuntos que conciernen en forma directa a la Secretaría de Trabajo y Previsión. Al hacerlo no he querido escribir cuanto voy a exponer, a fin de animar esta conversación, descartando la lasitud natural de las lecturas, para buscar una mayor comprensión y facilitar un entendimiento entre los intereses que juegan en el orden social, que la Secretaría de Trabajo y Previsión está encarando. En ese sentido me trae hasta aquí un sentimiento leal y una absoluta sinceridad (…).La Secretaría de Trabajo y Previsión entiende que la política social de un país comprende integralmente todo lo humano con relación a los diversos factores del bienestar general. Siendo así, muchos, posiblemente equivocados sobre todo cuanto yo he dicho en el orden social, se han permitido calificarme de distintas maneras. Yo he interpretado cada una de estas calificaciones; las he sopesado y he llegado a esta conclusión: de un lado, me han dicho que soy nazi, de otro lado han sostenido que soy comunista; todo lo que me da la verdadera certidumbre de que estoy colocado en el perfecto equilibrio que busco en la acción que desarrollo en la Secretaría de Trabajo y Previsión.Pienso que el problema social se resuelve de una sola manera: obrando conscientemente para buscar una perfecta regulación entre las clases trabajadoras, medias y capitalistas, procurando una armonización perfecta de fuerzas, donde la riqueza no se vea perjudicada, propendiendo por todos los medios a crear un bienestar social, sin el cual la fortuna es un verdadero fenómeno de espejismo que puede romperse de un momento a otro. Una riqueza sin estabilidad social puede ser poderosa, pero será siempre frágil, y ése es el peligro que viéndolo, trata de evitar por todos los medios la Secretaría de Trabajo y Previsión (…).Hasta ahora estos problemas han sido encarados por una verdadera lucha. Yo no creo que la solución de los problemas sociales esté en seguir la lucha entre el capital y el trabajo. Ya hace más de sesenta años, cuando las teorías del sindicalismo socialista comenzaron a producir sus frutos en esa lucha, opiniones extraordinariamente autorizadas, como la de Massini y la de León XIII proclamaron nuevas doctrinas, con las cuales debía desaparecer esa lucha inútil, que como toda lucha no produce sino destrucción de valores.
Entonces yo dejo a vuestra consideración estas dos propuestas: primero, una obra social de colaboración en cada taller, en cada fábrica, o en cada oficina, más humana que ninguna otra cosa; segundo, el nombramiento de una comisión compuesta por los señores, para que pueda trabajar con nosotros, para ver si en conjunto, entendiéndonos bien, colaborando sincera y lealmente, llegamos a realizar una obra que en el futuro tenga algo que agradecernos.
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