Respuestas
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- La propiedad:
El capitalismo –que es el sistema actual que tenemos- tiene muy clara la existencia de la propiedad privada, totalmente libre y disponible para su dueño: nadie puede entrar en un recinto privado, por ejemplo, y el dueño puede vender sus propiedades sin ningún tipo de cortapisas.
En el feudalismo la situación no era tan clara, ya que había muy pocas tierras – la propiedad básica de su época- realmente privadas. La mayoría eran propiedades “vinculadas”, esto es, aunque el titular de esa propiedad tenía derecho a sacar provecho económico de ella, no era libre para hacer lo que quisiera en ella, o incluso para venderla, porque esa propiedad formaba parte de un señorío vinculado a un señor feudal (un noble, un monasterio, una ciudad, el rey, etc) que ejercía cierto control y además cobraba unas rentas sólo por ser el “señor” (lo que llamaremos “derechos señoriales”).
- La relación entre amos y trabajadores:
El capitalismo distingue con claridad entre el empresario, que aporta su capital y obtiene todos los beneficios – o asume las pérdidas- y los trabajadores, que aportan su fuerza de trabajo y cobran un salario por ello. No hay más relación personal entre estos dos grupos de personas: el obrero va a la fábrica unas horas, cobra por ello un salario previamente estipulado, y vuelve a su casa a hacer su vida.
En el feudalismo la situación es mucho más compleja. La relación entre el amo y el trabajador (señor/ siervo) no se limita a lo estrictamente laboral: coinciden, para bien o para mal, y cada uno en su casa – o castillo- en el mismo espacio vital, el feudo; y los dos grupos tiene relaciones personales más o menos intensas (el señor ha de proteger a sus vasallos, el siervo ha de pedir permiso al señor para casarse o marchar del lugar), etc. La película Los Santos Inocentes (1984) refleja bien esta situación, como puedes ver en el tráiler en esta misma entrada.
- La obtención de la riqueza
En este sentido el feudalismo es claramente conservador. Una vez conseguido el método (las relaciones feudales) para que un grupo minoritario (nobleza y clero) obtenga las riquezas del grupo mayoritario (los campesinos) a través de las rentas feudales (en dinero, en trabajo, en especie), la idea es no cambiar nada. El inmovilismo es pues una de sus características más importantes. En momentos de gran dificultad económica basta con presionar un poco más a los grupos no privilegiados. La riqueza no se dedica a mejorar la economía, sino básicamente a mantener el nivel de vida de los grupos privilegiados.
El Capitalismo, no obstante, tiene como base del sistema la adquisición cada vez más grande de riqueza. Su tendencia, pues, es a crecer contínuamente (con crisis de vez en cuando, como ya vemos estos meses), y para eso ha de ser siempre económicamente más eficiente (mejor tecnología, búsqueda de nuevos mercados, producción más barata, lucha con la competencia). Además, una parte importante de la riqueza se dedica a reinvertirla en las actividades económicas.
- La libertad:
Desde el punto de vista económico, el capitalismo defiende el papel preponderante de la libre iniciativa empresarial y de la libertad de contratación. También hay libertad personal a la hora de escoger un trabajo. No hay pues tantas limitaciones como existían en el feudalismo (por ejemplo, las ordenanzas de los gremios, o las limitaciones sociales para acceder a determinados cargos, o las obligaciones -del señor feudal, o de la comunidad de campesinos- que se imponía a los campesinos para trabajar sus tierras.
Desde el punto de vista político, la libertad sería una de las bases fundamentales del Capitalismo. De hecho, el “liberalismo” es la ideología básica de este modelo de organización. Una libertad, no obstante, que es considerada por algunos como falsa (y más abajo tenéis el inicio de la película Trainspotting (1996) para ilustrar esta afirmación).
- La igualdad entre las personas:
La desigualdad social es una característica común a ambos sistemas. La diferencia está en qué se basa esta desigualdad: mientras que en el feudalismo se trata de una desigualdad ante la ley (“sociedad estamental”: existen grupos sociales determinados por la ley, unos con privilegios y otros sin ellos), la sociedad capitalista basa sus distinciones en la economía (lo que llamaremos “sociedad de clases”, alta, media y baja).
¿ Cuándo se desarrollan estos dos modelos?
El feudalismo, en su sentido más amplio, aparece con la crisis del imperio romano y se extenderá por toda Europa – con más o menos matices- durante la Edad Media. Continúa durante la época Moderna e inicia su fin a partir de la Revolución Francesa, aunque se mantendrá en Europa Central y Oriental durante gran parte del siglo XIX (la desaparición de la servidumbre en Rusia ha de esperar hasta 1861).
Respuesta:
La palabra feudalismo tiene su origen en el término feudo. Un feudo no era más que el territorio que los nobles recibían de los reyes, como pago por sus servicios, durante la Edad Media. Por tanto, esta práctica puede señalarse como una de las bases sobre las que se configuraría el feudalismo.
El origen del feudalismo se sitúa en el momento en que se desintegró el Imperio carolingio en el siglo IX. En tal situación, los monarcas comenzaron a tener serias dificultades para defender sus posesiones. Ello condujo a que los reyes que reinaron tras la caída del Imperio carolingio se viesen obligados a buscar el apoyo de nobles, especialmente condes y marqueses, a cambio de ceder parte del poder regio, así como tierras en los que tendrían un poder casi absoluto: los feudos.
Durante estos momentos, se puede detectar como se produce una crisis de poder y se expande la sensación de inseguridad. De forma paralela, el comercio y la industria entran en una grave crisis y la economía pasa a ser, básicamente, de subsistencia. La posesión de tierras pasa a convertirse en el elemento clave para determinar el poder que cada individuo ostenta.