Respuestas
Durante la Edad Media las Cruzadas sirvieron como viajes de conquistas y también de exploración. Se trataba de encontrar una ruta marítima hacia Asia para traer a Europa occidental las especias de Oriente, que hasta ese momento llegaban por tierra en caravanas y tenían que cruzar los territorios de los países asiáticos para comercializarlas en Europa. Sin embargo, era prácticamente un monopolio de los mercaderes italianos, fundamentalmente venecianos y genoveses.
Los europeos ansiaban navegar por nuevos territorios, porque el siglo XIV estuvo marcado por malas cosechas, crueles enfermedades, interminables guerras, salteadores, climas poco favorables y una gran demanda de productos, todos factores que encarecían el precio de estas mercancías.
Cristóbal Colón sabía de las míticas tierras del lejano Oriente por un libro en que Marco Polo había descrito detalladamente esas zonas. Se decía que aquellos distantes parajes de India, China y Japón eran ricos en especias, sedas, piedras preciosas y, en especial, oro. Sin embargo, nadie había estado allí más que el propio navegante veneciano Marco Polo hacía 200 años.
Los sueños y ambiciones de esta generación se materializarían, debido a las condiciones que en el siglo XV tenían los dos Estados en condiciones de realizarlos: Portugal y España. Entonces, al interés por obtener las especias en forma directa y su creciente valorización, se sumó también una mayor posibilidad de llegar a ellas, marcada por dos factores: los avances tecnológicos que disminuían los riesgos de la navegación, y el encontrarse con un territorio geográficamente estratégico para acceder al continente vecino.
En este ambiente se formaron y crecieron muchos de los hombres que desempeñarían un activo papel en la expansión europea. Entre los precursores, el príncipe de Portugal, Enrique El Navegante, quien operó desde Lisboa; Cristóbal Colón, que provenía de Génova; Américo Vespucio, de Florencia; y los hermanos Pinzón, del sur de España.
Colón, después de ofrecer su proyecto de buscar una ruta al Oriente a varias cortes, logró la su aceptación en la Corte de Castilla, de los Reyes Católicos de España. Su idea era encontrar esa ruta al Oriente, pero navegando hacia Occidente.