• Asignatura: Castellano
  • Autor: Anónimo
  • hace 9 años

relata dos obras de bien que hayas realizado o hayan intervenido en su ejecucion

Respuestas

Respuesta dada por: ñata13
4
Supermán

Había salido antes de lo común de casa porque mi mamá es un tanto exagerada y no quería que llegara tarde al colegio : tenía un examen. 
Caminaba con cuidado porque estaban arreglando las veredas y transitar por ellas era casi una misión imposible.
Era tan temprano que los obreros aún no habían llegado para continuar con su tarea. Así que me fue fácil ver a una anciana que venía en dirección opuesta , con su bastón y caminar vacilante, tratando como yo de no caer en algún montículo o maderas flojas que ponen como puentes, delante de los domicilios.
Entonces, salté a la calle y me acerqué por el costado.
-¿La ayudo señora?
-¡Sí, hijo, por favor!
La señora se afirmó por un lado con el bastón y por el otro lado me tomó fuertemente del brazo. 
Sinceramente, me sentía Supermán, haciendo una buena acción antes de empezar mi día de estudiante.
Pero, la dulce anciana me llamó a la realidad con un grito y gesto de enojo.
-Pero , ¿nunca has ayudado a alguien? pon tu brazo más firme que me vas a hacer caer. 
Sorprendido, hice lo mejor que pude y la dejé en un lugar seguro. La miré sonriente, esperando por lo menos una sonrisa de agradecimiento, aunque ese no fue el motivo por el cual la ayudé. 
Cuando paso por ese lugar la recuerdo y trato de imaginar  un gesto amable.

La señora del pañuelo blanco

Definitivamente, las ancianas son mi debilidad. 
Iba para la farmacia a hacerle un mandado a mi tía.
Delante de mí, una señora de avanzada edad caminaba acompañada por su perrito pekinés. De su bolsillo asomaba un pañuelo blanco que amenazaba con caer, 
De repente, ella se detuvo y se apoyó sobre la pared buscando equilibrio.
Corrí hacia ella:
-¡Señora!, ¿le pasa algo?
-¡No! ¿por qué? -me contestó con un gesto iracundo
-¡Perdón! parecía que iba a caer
No se molestó en contestarme. 
-Se le está por caer el pañuelo - insistí tontamente.
Con gesto rabioso y cara de pocos amigos, la mujer empujó el pañuelo hacia el fondo del bolsillo.
Más  asustado que desilusionado, crucé la calle y entré a la farmacia.
Algunas clientas del lugar, me miraron sonrientes y me preguntaron qué me había pasado . No llegué a contarles nada porque comenzaron a reír.
La señora en cuestión era conocida en el barrio por su "amabilidad" y la bolsa de nylon blanco que cuelga de su pantalón, 
Me sentí un poco menos tonto.


saludos




Respuesta dada por: ig462791
4

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Gracias por tu respuesta

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