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Pienso que, a pesar de ese mandato de la historia y de la sangre, la misión de Rodríguez Cuadros enfrentará más de un problema.
Pero cabe abrigar la porfiada esperanza de que la designación mejore la relación entre Lima y La Paz, relación dañada por quienes en el Perú cultivan una política de mala vecindad con Bolivia.
En el ambiente amistoso de la reunión, los discursos del embajador de Bolivia y del embajador del Perú pulsaron cuerdas de razón y emoción.
El embajador de Bolivia inició sus palabras dirigidas a Rodríguez Cuadros con el vocativo aymara Jilata. Esto quiere decir mucho más que hermano. No es término que se emplee asiduamente. Se recurre a él para significar identidad y cariño en grado sumo.
Refirió Solano un hecho que las agencias de noticias y la gran prensa ocultan. Bolivia fue el año pasado en nuestra América el único país blindado contra la gran crisis. Su PBI creció en cuatro por ciento.
¿Cómo se operó tal milagro?
Recortando las sobreganancias de las compañías de hidrocarburos. Recuérdese que cuando eso ocurrió, las empresas y los grandes medios de comunicación armaron un escándalo y vaticinaron que las empresas iban a abandonar Bolivia. Hasta el presidente Lula protestó, en defensa de Petrobras.
Luego pasó la tempestad. Los empresarios habían estado recibiendo utilidades excesivas. Evo subió los pagos por los combustibles exportados, y con ello los ingresos del Estado. De los hidrocarburos recibíamos 300 millones de dólares anuales; ahora recibimos casi 3,000 millones, expuso Solano.
Ninguna gran empresa se retiró de Bolivia.
Gracias a la reforma económica el gobierno boliviano ha podido introducir notables programas de bien social. Hay, por ejemplo, un bono especial de 200 dólares para las madres gestantes.
Todas las personas mayores de 60 años reciben mensualmente 30 dólares.
Es lo que la teología de la liberación llama opción por los pobres, a diferencia de la opción por los ricos que aplican los Uribe y los García.
A su turno, Rodríguez Cuadros exaltó un dato que Solano había omitido: que la Unesco acaba de reconocer que Bolivia es ya un país sin analfabetos.
Vengo, añadió el ex canciller, de un país en el cual a toda madre gestante se le otorgan 500 dólares mensuales y cada niño, al ver la primera luz, recibe un bono de mil dólares. Allá, cada desempleado percibe un seguro de 2,800 dólares mensuales.
Ese país, aclaró, es Suiza.
No hay identidad nacional sin cohesión social, redondeó el ex canciller.
Pero cabe abrigar la porfiada esperanza de que la designación mejore la relación entre Lima y La Paz, relación dañada por quienes en el Perú cultivan una política de mala vecindad con Bolivia.
En el ambiente amistoso de la reunión, los discursos del embajador de Bolivia y del embajador del Perú pulsaron cuerdas de razón y emoción.
El embajador de Bolivia inició sus palabras dirigidas a Rodríguez Cuadros con el vocativo aymara Jilata. Esto quiere decir mucho más que hermano. No es término que se emplee asiduamente. Se recurre a él para significar identidad y cariño en grado sumo.
Refirió Solano un hecho que las agencias de noticias y la gran prensa ocultan. Bolivia fue el año pasado en nuestra América el único país blindado contra la gran crisis. Su PBI creció en cuatro por ciento.
¿Cómo se operó tal milagro?
Recortando las sobreganancias de las compañías de hidrocarburos. Recuérdese que cuando eso ocurrió, las empresas y los grandes medios de comunicación armaron un escándalo y vaticinaron que las empresas iban a abandonar Bolivia. Hasta el presidente Lula protestó, en defensa de Petrobras.
Luego pasó la tempestad. Los empresarios habían estado recibiendo utilidades excesivas. Evo subió los pagos por los combustibles exportados, y con ello los ingresos del Estado. De los hidrocarburos recibíamos 300 millones de dólares anuales; ahora recibimos casi 3,000 millones, expuso Solano.
Ninguna gran empresa se retiró de Bolivia.
Gracias a la reforma económica el gobierno boliviano ha podido introducir notables programas de bien social. Hay, por ejemplo, un bono especial de 200 dólares para las madres gestantes.
Todas las personas mayores de 60 años reciben mensualmente 30 dólares.
Es lo que la teología de la liberación llama opción por los pobres, a diferencia de la opción por los ricos que aplican los Uribe y los García.
A su turno, Rodríguez Cuadros exaltó un dato que Solano había omitido: que la Unesco acaba de reconocer que Bolivia es ya un país sin analfabetos.
Vengo, añadió el ex canciller, de un país en el cual a toda madre gestante se le otorgan 500 dólares mensuales y cada niño, al ver la primera luz, recibe un bono de mil dólares. Allá, cada desempleado percibe un seguro de 2,800 dólares mensuales.
Ese país, aclaró, es Suiza.
No hay identidad nacional sin cohesión social, redondeó el ex canciller.
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