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La democracia se refiere a una forma de gobierno en la cual la soberanía reside en el pueblo y el poder lo ejerce mediante representantes (democracia representativa) o de forma directa (democracia directa)
El término viene de la antigua Grecia y deriva de los vocablos griegos demos (pueblo) y Kratos (Poder).
En Grecia, las Ciudades Estado se organizan de diversas maneras, en su mayoría deponen la estructura monárquica y organizan formas de gobierno diversas como ser la Aristocracia donde un grupo de familias manejan los intereses de la sociedad o la Democracia, donde el conjunto de la población se encargan del gobierno.
Claro está, esta noción resultaba muy restrictiva, ya que solo los ciudadanos participaban de la actividad política, lo que representaba que solo los varones, libres y nacidos en la Polis eran considerados para este fin.
En sus orígenes, la democracia representaba una forma de gobierno directa, ya que al no ser Estados grandes, el conjunto de la ciudadanía podía tomar parte del ágora, una especie de plaza o lugar donde se desarrollaban las actividades políticas.
La República Romana adoptará ciertos principios de la democracia griega pero al tratarse de un Estado mucho más grande y complejo, se generarán mecanismos de gobierno representativos dando así lineamientos a lo que mucho más adelante se conocerá como democracia representativa.
Es a partir del renacimiento europeo cuando esta forma de gobierno vuelve a cobrar importancia, así las monarquías absolutas dan paso a monarquías constitucionales donde se limita el poder del monarca al cumplimiento de leyes fundamentales y a la legislación parlamentaria.
Ejemplos de ello y en diferente medida se dan primero en Inglaterra, luego en Holanda y otros Estados europeos.
Sin embargo es en las colonias americanas de Inglaterra que se instituirá un Estado regido por un sistema democrático más completo al producirse la independencia de las mismas y dar origen a los Estados Unidos de América, nuevamente corresponde aclarar que el acceso a la participación política estaba limitado.
En la actualidad la noción de ciudadanía se ha extendido y garantiza la participación política a un mayor número de personas, independientemente de su género, condición social y otras limitaciones, siendo limitantes aceptadas la mayoría de edad y la condición de residencia legal.
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