• Asignatura: Historia
  • Autor: agusholi
  • hace 8 años

¿que acontecimiento de importancia mundial acababa de suceder en la primera década del siglo xx?

¿que cosas pueden pasar en un país para que cierto numero de años se recuerden como locos?

Respuestas

Respuesta dada por: minipreciosa55
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El siglo XX fue el siglo de Estados Unidos, no por último como consecuencia de la Primera Guerra Mundial, de la cual fue el verdadero vencedor, mientras que en Europa hubo vencedores militares, pero no políticos y menos económicos. La época entre 1918 y 1945 puede definirse como el intervalo en que el papel de policía mundial desempeñado por los británicos en los siglos XVIII y XIX pasó paulatinamente a manos de los Estados Unidos. Hoy, Estados Unidos está en parte superado por ese papel, que desde el fin del enfrentamiento entre los dos bloques deben desempeñar solo, y deja entrever una fuerte disposición a repartir las cargas, es decir que espera de las potencias amigas una mayor disposición a asumir responsabilidades de orden político, en todo caso en sus respectivas áreas y su periferia. Eso supone que los europeos deberán asumir nuevas tareas, que solo podrán cumplir juntos, pero que conllevan el peligro de que los antiguos enfrentamientos, cuyo símbolos son los años 1914 y 1939, vuelvan a surgir.

Entre los grandes desafíos políticos de Europa en el siglo XXI se cuenta –además de la conservación y consolidación del nivel de integración política y económica alcanzado– la pacificación y estabilización de los espacios posimperiales surgidos de la desintegración de 
los imperios multinacionales 
y multirreligiosos. En relación con el desarrollo y las consecuencias de la Primera Guerra Mundial hay que constatar que la tercera gran área de conflictos de esa guerra aún continúa existiendo, ya que los intentos por superarlos demostraron ser poco estables y de poca duración. Eso es válido para los Balcanes, el Cáucaso y la región del Mar Negro, así como para todo el Próximo Oriente. La Yugoslavia surgida luego de la Primera Guerra Mundial de los restos de los imperios Austro-Húngaro y Otomano se desintegró en los años 1990 en un serie de guerras de secesión y civiles. A través de una combinación de presencia militar y policial con incentivos económicos y ayudas financieras, la Unión Europea (UE) logró pacificar hasta cierto punto esa área. No se puede hablar, sin embargo, de un orden estable. Si se analiza la interrelación de los conflictos al comienzo de la Primera Guerra Mundial se constata que hay buenas razones para que los europeos continúen invirtiendo en la estabilidad de esa región. La duración de esa tarea no se mide en años, sino en décadas.

LA UE COMO MODELO

Los espacios posimperiales surgidos del colapso del Imperio Ruso, la URSS y el Imperio Otomano caen solo parcialmente en la esfera de responsabilidad de los europeos, ya que se hallan en la periferia de la UE. Por el permanente riesgo de desmoronamiento de esos Estados suponen, sin embargo, una amenaza constante para la estabilidad política y la prosperidad económica de Europa. Una responsabilidad de los europeos en relación con esos espacios se deriva además de que participaron decisivamente en la destrucción del viejo orden en la Primera Guerra Mundial y en la creación de nuevos órdenes después. Eso es válido tanto para la estrategia alemana de socavar la cohesión política del Imperio Ruso a través del apoyo a movimientos nacionalistas, como también para la división del Próximo Oriente en una zona de influencia británica y una británica fijada en el Acuerdo Sykes-Picot. Desde el punto de vista analítico, en esos espacios chocaron dos principios de orden político: el del Estado nacional y el del imperio multinacional y multirreligioso. Ese conflicto continúa hasta hoy. Si bien en la Primera Guerra Mundial los Estados nacionales demostraron ser más poderosos que los imperios, el orden político orientado por la idea del Estado nacional reveló ser de difícil imposición y legitimidad en ese espacio. Si se ve la estructura política de la UE como combinación del modelo de Estado nacional y el orden imperial, que neutraliza los conflictos en relación con el trazado de fronteras y combina los deseos de identidad de la población con las necesidades de cooperación transfronteriza, esa estructura se ofrece como solución también para el Próximo Oriente. Lo que surgió en Europa por la amarga experiencia de dos guerras mundiales podría ser la solución asimismo para los problemas de otras regiones. También ese es un aspecto del recuerdo de los años 1914 y 1939.

El recuerdo y la memoria de los tres grandes momentos claves de la historia europea del siglo XX son también una reflexión tanto sobre las soluciones y respuestas halladas como sobre los desafíos que aún persisten. En ese sentido no se trata de una memoria de anticuario relacionada con hechos pasados, sino una reflexión sobre las tareas políticas actuales y las posibles respuestas. Los políticos lo resaltan una y otra vez en sus discursos. Y no es solo una fórmula. El análisis de los años 1914, 1939 y 1989 como símbolos del desarrollo de la historia europea del siglo XX es siempre una constatación de lo alcanzado políticamente, de las esperanzas y de las tareas que aún quedan por llevar adelante. 

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